¡Huye, Paul, huye!
Advierto que en esta entrada hay spoiler, ya que a falta de seis carrerras para que termine la temporada, el sr. Paul Hembery nos ha revelado que el campeón va a ser Sebastian Vettel ?¡perdón, a mí también se me ha escapado!?.
No ha sido así como así, ni siquiera en un tuit escrito a las tantas de la noche y con una copa de más encima cuando sabes que al día siguiente una operación de cirujía estética podrá mejorar tu físico pero no cambiará ni tanto así lo venenosa de tu alma, sino en soez contestación a las palabras de Fernando Alonso, quien ha cargado en Corea contra la elevada calidad de las gomas italianas que produce para la Fórmula 1 la empresa del ínclito.
Hembery anda chubarrón y no es para menos. A pesar del espectáculo que han dado sus gomas este año (eso es espectáculo, lo demás, pamplinas) y de haberse puesto farruco frente al Tribunal Superior de la FIA para irse de rositas con el tema de las pruebas realizadas con Mercedes AMG en Montmeló, Bernie ha renovado a Pirelli para 2014 y más allá, quitándola de encima la sombra de Michelin y la posibilidad de medirse con la francesa, de tú a tú, se entiende, en la tan temida guerra de neumáticos, de manera que el británico, en vez de medir un poco sus palabras como cuando Michael Schumacher se quejó la sesión pasada de que conducir con sus productos se asemejaba a ir pisando huevos, con el contrato en la mano se ha soltado el pelo y ha arremetido contra el bicampeón español, sugiriéndole que pregunte a Sebastian cómo lo hace.
Por fortuna Fernando y nosotros sabemos la respuesta: Vettel lo consigue llorando.
Pero no se trata de eso, sino de valorar el nivelazo que estamos alcanzando en esta temporada con personajes como Paul Hembery sueltos, y aquí debo admitir que empiezo a pasármelo francamente bien cuando daba todo por perdido a la hora de seguir consiguiendo alimento para mis entradas.
Paul Di Resta confesaba hace unos días que Force India, su equipo, había comenzado a ir de culo y cuesta abajo con el cambio de compuestos anterior al verano. Kimi Raikkonen, nos confirmaba también que calificaba mejor con la gama Pirelli 2013 original (léase en inglés, por fa) que con el retorno a la de 2012 tras el desastre de Silverstone. Y hoy, Fernando, poco menos que calificaba a las superblandas de auténtica basura, algo que sin duda ha saturado el corazoncito sensible de Paul Hembery porque nadie como él para saber la calidad de los compuestos que produce su empresa, ya que cogiéndosela con papel de fumar y en previsión de males mayores, Pirelli cambiaba el duetto supersoft/soft de la sesión pasada, por el más asimilable y previsible supersoft/medium que han comenzado a manejar los pilotos y las escuderías este mismo fin de semana en el mismo circuito: Yeongam.
Todo esto estaría bien, un decir, si no sucediera que lo de Pirelli y sus gomas ha quedado muy chocante por no decir literalmente feo para un proveedor que cacarea constantemente que no quiere interferir en la competición, como nos explicaba Éric Boullier (Lotus) antes del Gran Premio de Canadá: «No hay muchos deportes en los que haya cambios tan fundamentales a mitad de una temporada. Imagina por un momento que, debido a que un equipo de fútbol no puede correr tan rápido como su rival, las dimensiones del campo se cambian en el descanso. Hay cambios que se pueden ver como algo frustrante y espero que no sean demasiados extremos. Está claro que Pirelli se ha encontrado en una situación difícil y bajo presión de diferentes partes.»
Aquí hay que admitir que Paul se ha ido de varetas y mucho, así que propongo que dentro dentro de 25 años, cuando todo esto sea historia, se haga una película sobre la temporada 2013, pero que no la dirija Ron Howard, por favor, sino los hermanos Coen, y que se titule ¡Huye, Paul, huye. Pero siempre hacia adelante!
Os leo.
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No tengo nada que añadir al articulo de Orroe. Esto es un pitorreo y nos lo sueltan en los morros.