Uomini d'onore
La bruja de Blancanieves es un tipo que termina cayendo bien, lo reconozco, incluso resultando atractivo para aquellos que piensan que en la vida lo único importante es amasar dinero. Pasa por ser un hombre de éxito, pero como el éxito no existe, lo más que le arrogo a Bernard Charles Ecclestone es que en algún momento de su dilatada existencia tuvo que dejar de poder mirarse a la cara.
Desprendido el barniz con que habitualmente nos lo presentan, en crudo y no edulcorado por la sonrisa y las canas, lo que vemos es un hombre afincado en el comercio de favores y secretos, elevado sobre sus iguales porque los tiene agarrados por los huevos. Un capo, no sé si di tutti capi, pero en todo caso, un uomo d'onore que ha sabido granjearse con la edad y los numerosos guiñapos que ha dejado en la cuneta, un respeto que muy pocos cuestionan en el paddock, su territorio natural de caza.
No se trata de hacer panegírico alguno, ni siquiera de compararlo con Vito Corleone o Al Capone, porque seguro que encontraré en los meses siguientes muchas oportunidades para seguir hablando de Bernie (como veis, también tiene alias), aunque sí me gustaría puntualizar sobre su persona los feos abucheos que recibió el domingo pasado uno de sus pupilos preferidos, Sebastian Vettel, ya que soy de la opinión de que a lo mejor el chaval sólo pasaba por allí y se comió el marrón de sufrir en propias carnes, el cansancio de la concurrencia ante el modelo de negocio que ha impuesto el octogenario británico en esto que llamamos Fórmula 1.
Hace mucho que no hablo del modelo de marras ni por supuesto sobre su más que posible caducidad. Las gradas no se llenan como antes tal vez porque los ídolos modernos son más frágiles y creíbles que hace unos años; cada vez suenan más voces que se rebelan a pagar los costes de un espectáculo que bien mirado deja mucho que desear; el dinero público ya no es lo que era y no está tan dispuesto como en el pasado a sufragar los sueños faraónicos de un deporte que lleva tiempo cayendo por su propio peso; los pilotos tiene que pagar por sus asientos, las escuderías del fondo de la parrilla apenas alcanzan a llegar a verano y ni siquiera sirven como señuelo para nuevos inversores; y un largo etcétera de circunstancias raras, como por ejemplo, que el estatus de intocable que tiene Pirelli como proveedor único de compuestos, se lo haya otorgado precisamente él, sin consultar ni a la FIA ni a Dios ni al diablo, a su estilo, vamos.
Este escenario me ha llevado a recordar cuando Rupert Murdoch quiso comprar la Fórmula 1 a comienzos de 2011 y Luca di Montezemolo intentó encontrar apoyo en McLaren, Mercedes y Red Bull para facilitar la venta de CVC (detentadora de los derechos del Circo) a News Corporation, ya que una de las razones que se esgrimieron en aquel momento fue precisamente que el modelo de negocio precisaba de aires nuevos.
Algunos intuímos que se avecinaban tiempos difíciles para Ferrari porque Bernie jamás olvida. También sospechábamos que el británico no se iba a quedar quieto y que su primera jugada podía pasar por socavar la posible entente o buscar incluso en ella sus propios aliados, dejando para más tarde el cobro de las facturas pendientes. Sea como fuere, el asunto quedó aparentemente en nada aunque trajo coletilla con el caso Gribkowsky y una supuesta comisioncilla de 44 millones de dólares que tiene al británico pendiente de los tribunales...
No me extiendo, no temáis. Hay quien dice que News Corp. sigue con el ojo puesto en la F1 y podría ser que Bernie esté buscando aliados pero no donde pensábamos, y que su interés más inmediato no sea salvar su modelo de negocio y su caja de caudales sino su propio pellejo. De momento, Daimler, quien paga las facturas de Mercedes AMG, sigue el año que viene a pesar de haber amenazado con no hacerlo porque su código deontológico le impedía hasta hace relativamente poco tener trato con tahúres; y ya sabemos lo que está sucediendo con Red Bull...
Quedan McLaren y Ferrari, la niña bonita de FIAT, propiedad de la familia Agnelli, emporio que a su vez controla Exor, socia de Rupert Murdoch y de Carlos Slim en el asalto a la F1 de hace dos años, así que a lo mejor estamos asistiendo sin saberlo a un si quieres mi cartera ven a buscarla, que explicaría perfectamente el derrotero bochornoso que ha tomado la Fórmula 1 en los últimos años, la caducidad del modelo, los abucheos del domingo pasado y de rondón, el silencio estoico de Montezemolo ante lo que está sucediendo.
ElinfiernoverdeUn saludo a tod@s!
PD: Ya os dije que RUSH os encantaría, es un pasote