Comparto con vosotros otra genial entrada de
El Infierno Verde
El extraño caso de...Como en los seriales antiguos, incluso en las obras de Agatha Christie o Arthur Conan Doyle, podríamos hablar del extraño caso de? los monoplazas que corren más con la aerodinámica dañada.
El último representante de esta enigmática y emblemática saga de ejemplares paranormales, forteanos, como diría Iker Jiménez, es el RB9 de Mark Webber, vehículo que tras perder una parte importantísima de su alerón delantero, concretamente la que reparte la baraja de los flujos frontales, el endplate izquierdo para más señas, no sólo no bajó de rendimiento sino que ahí anduvo, bregando a toda máquina, sosteniendo a Fernando hasta que el asturiano lo rebasó finalmente con su F138.
Ante este tipo de situaciones pienso irremediablemente en las toneladas de tinta virtual que se vierten para tratar de explicar la trascendencia de según qué cosas; los innumerables círculos bordeados de rojo, amarillo o blanco, que señalan con obstinación la vital importancia de éste o este otro artilugio, para que la realidad, más obstinadamente si cabe, que cabe, se empeñe una y otra vez en demostrarnos que el ser humano vive entre quimeras.
Pienso también en si no ahorraríamos lo suyo si en vez de utilizar túneles de viento y aparatosos ordenadores, no volviéramos a calibrar las líneas rectas a ojo, de buen cubero o de buen carpintero de ribera, de aquellos a los que les bastaba sostener la tablazón recién cepillada y llevársela a la cara, para echar un sabio vistazo y saber si hacía falta meter algo más de cepillo o la pieza de madera ya tenía bastante con lo que se le había quitado. También recapacito sobre la testarudez del hombre a la hora de complicarse la existencia, recordando aquellos viejos cacharros envueltos en aluminio, que corrían como centellas sobre cualquier asfalto y encontraban el espectáculo casi sin haberlo buscado.
De Adrian Newey se dice que dibuja todavía a mano sobre papel y tablero, que compone sus instrumentos de viento como un antiguo lutier, y pienso otra vez en si no será ése su gran secreto, y si no será ésa la solución más verosímil al extraño suceso que pudimos observar en el Gilles Villeneuve sobre el coche número 2 de la escudería austriaca. En si no ocurrirá que a otros a veces les suena la flauta por casualidad cuando un percance en carrera desvela el misterio de que la imperfección es el camino a seguir, en si no será ésta la que explica tanto éxito como cosecha Red Bull, en si no estará Milton Keynes repleto de artesanos de sienes blanqueadas por el tiempo y armados con herramientas de platero, dando vida a las criaturas de Adrian de la misma manera que me hacía mis primeros juguetes el abuelo José, sin que la abuela María lo supiera y soplando sobre el suelo de la cocina el polvillo que había dejado la lija, mientras me enseñaba a calibrar con la yema de los dedos si habíamos alcanzado el estado de perfección o debíamos seguir lijando.
Sea como fuere, pienso en si el material de última generación, los ordenadores, los túneles de viento y tanta vaina, no serán una soberbia pantalla de humo de dimensiones colosales con la que ocultar que la realidad es bien distinta a como la vemos, y en definitiva, en si los endplates o cualquier otra cosa imprescindible que si se rompe en un monoplaza no se echa en falta, no estarán ahí simplemente para hacer bonito.
Un saludo a tod@s!