O acaso pirellis
Cuando una institución, sea cual sea ésta, permanece siempre en entredicho y bajo los focos gracias a su contrastada ineficacia, debería ser la primera en cuidarse de evitar en la medida de sus posibilidades contratar al cuñado bobo. Y es que soy de la opinión de que uno puede contratar a cualquiera para desempeñar un cargo, a cualquiera, repito, incluso a un pariente, incluso en las administraciones públicas, siempre y cuando éste sea como mínimo, capaz de no dar el cante.
Sea como fuere, la FIA es una institución precisamente de esas que mencionaba al comienzo: ineficaz, lenta, tontorrona, incapaz de evitar los focos; y encima es culpable de su ineficacia, de su lentitud, de su estulticia, y por supuesto, de no ser más cuidadosa con las formas. Y la Federation Internationale de l'Automobile contrató en 2010 a su cuñado más dócil y menos preparado, a Pirelli, y le puso a cargo de una de las zonas más sensibles de la competición moderna: los neumáticos.
2011, año del estreno de la milanesa en F1, fue un completo desastre para todo el mundo menos para Red Bull, hasta el punto de que el F150th Italia de Ferrari, un truño durante la temporada, relumbró y todo en una pretemporada de una sesión que dominaría de cabo a rabo el RB7 de Milton Keynes. Hay múltiples razones para explicar el desastre de la de Maranello sin necesidad de recurrir a las gomas, lo admito, pero una de ellas pasa inexcusablemente por contemplarlas, concretamente recordando que tras probar sus compuestos en Jerez y Montmeló, Pirelli decidió sin encomendarse ni a Dios ni al dibalo, endurecer sus compuestos a partir de Australia...
2012 no fue mejor. Todo iba bien, incluso con campeón nuevo por prueba, hasta que la italiana decidió endurecer sus gomas a partir de verano, momento a partir del cual sólo sacó la cabeza Red Bull, otra vez, de nuevo...
Y 2013 sigue la misma tónica. Todo el mundo está descontento con la gama propuesta por la milanesa, incluso Red Bull, y Pirelli ha decidido cambiar la dureza de sus neumáticos, pero sólo en los duros, en las gomas que menos problemas han dado hasta el momento, en los compuestos que en palabras de Paul Hembery a comienzos de temporada, eran ya más duros que en 2012 para desconcertar a las escuderías, los mismos que han sido usados como prime en las dos carreras que ha ganado Red Bull este año (Malasia y Bahrein).
No hay que ser muy listo para entrever que hay gato encerrado en todo esto de que el cuñado bobo de la institución esté haciendo el gilipollas y dando el cante por el mismo precio. Siéndolo incluso (a ser completamente listo me refiero), no se puede negar que existen ciertas y raras concomitancias que recomendarían un análisis concienzudo antes de posicionarse y emitir un veredicto.
Lógicamente, todo esto sólo puede ser tolerado como normal por aquellos que quieren seguir siendo ciegos, y allá ellos, los respeto, pero la entente FIA-Pirelli-Red Bull canta La Traviata y en falsete, porque endurecer unos compuestos ya de por sí duros, da como resultado un 2010 en el que montando Bridgestone, los de la austriaca se permitieron en Hungaroring celebrar un final de ciclo de la japonesa por todo lo alto, con un Mark Webber que estiraba las gomas de su RB6 como el conejito de Duracell, ¡tela!
Da qué pensar el asunto éste del cuñado bobo. Cambias Bridgestone por Pirelli como proveedor único porque los primeros no cumplen con las expectativas idóneas, y el reemplazo, la italiana, convierte el drama anunciado en un completo boudeville, con lo que ya está servido el caldo de cultivo para que nos pasemos el resto de temporada discutiendo sobre si son churras o merinas, o acaso pirellis.
Os leo.
GRANDISIMO ARTICULO DE ORROE.