Las diez perlas de Alonso
Maranello, 17 de abril. A Lucio Battisti, famoso cantante italiano, puede que le bastaran las diez chicas de su canción de 1969, pero no hay ninguna duda de que Fernando Alonso no se va a quedar contento con las diez victorias que ha conseguido hasta la fecha como piloto de Ferrari. Sin embargo, se trata de una cifra importante, lo suficientemente buena como para situarle quinto en el ranking de pilotos con más victorias para la Scuderia en la Fórmula 1. Puede que sea muy difícil, si no imposible, alcanzar las 72 victorias de Michael Schumacher; pero los otros tres que quedan por delante están ?a tiro?. También se debe tener en cuenta que uno de esos tres es Felipe Massa, cuarto en dicha clasificación y perfectamente capaz de mejorar su cifra de 11 victorias. Delante del brasileño nos encontramos con Alberto Ascari con 13 y Niki Lauda, con 15.
Fernando ya está en Baréin, donde este fin de semana se disputa la cuarta prueba del Mundial. Fue en este mismo circuito, aunque con un trazado modificado, donde el español aseguró su primera victoria de rojo. El 14 de marzo de 2010 Alonso cruzó la línea de meta por delante de su compañero Felipe Massa, en una carrera en la que su único rival de verdad, Vettel, no dispuso de un coche tan fiable como el F10 del español. En ese momento, los aficionados de Ferrari en todo el mundo creyeron que este hecho marcaría el comienzo de una serie de victorias, pero en Maranello todos eran conscientes de que el coche aún no era lo suficientemente competitivo. Fue más adelante, el 25 de julio en Hockenheim, donde Alonso y Massa consiguieron su segundo (y último hasta la fecha) doblete juntos. Esa carrera pasó a la historia por el adelantamiento del español al brasileño cuando ambos se encontraban ya por delante de Vettel, demostrando lo competitivo que era el F10 en el circuito alemán.
Sin embrago, la mejor victoria de ese año estaba aún por llegar. El 12 de septiembre, en Monza, Alonso salió desde la pole y aplastó cualquier opción de resistencia del McLaren de Button, al final de una carrera muy reñida sobre el trazado más rápido de la temporada. Esta victoria se celebró tanto encima como debajo del podio de Monza, dando lugar a emociones inolvidables para todos aquel día. Dos semanas después llegó una nueva pole y victoria, esta vez en uno de los circuitos más lentos del año, Singapur. Fue una carrera no apta para cardiacos, en la que Fernando lideró de principio a fin, pero con la imagen del Red Bull de Vettel constantemente en sus retrovisores. Fernando completó una carrera perfecta para conseguir otra victoria increíble.
Poco menos de un mes después llegó la quinta victoria de 2010 en otra carrera inolvidable y llena de ilusión. Sobre el nuevo circuito de Yeongam se disputó un ?dramático? Gran Premio, en el que no dejó de llover, con interrupciones y largos periodos de Coche de Seguridad y con muchos incidentes hasta que la carrera terminó con la puesta de sol. Una vez más Fernando estuvo impecable, escalando posiciones cuando el motor del Red Bull de Vettel estalló; al final, el español demostró ser todo un maestro a la hora de gestionar los neumáticos, llevándose la victoria que le puso en cabeza del campeonato. Tras esto, todo el mundo sabe ya cómo acabó todo un par de semanas después en Abu Dabi? Pero eso es una página en la historia de Alonso en Ferrari que ha quedado ya definitivamente archivada.
2011 no produjo tantas victorias. El F2011 no estuvo al nivel de su predecesor y se enfrentó a la todopoderosa pareja formada por Vettel y Red Bull. Sin embargo, la única victoria de Fernando llegó en un momento y en un circuito de mucha importancia para la Scuderia. Fue en el mismo trazado de Silverstone donde, sesenta años antes, José Froilán González consiguió la primera de las 220 victorias de Ferrari en la Fórmula 1; Fernando ganó tan solo una horas después de que él mismo pilotara el 375 F1 usado por el piloto argentino. El español lo consiguió por poco y adelantando al Red Bull, que parecía inalcanzable en aquel momento.
En 2012, Alonso consiguió tres victorias y la primera fue, sin lugar a dudas, la menos esperada. Tuvo lugar en el circuito de Sepang, en un momento en el que el F2012 era todo menos veloz durante esa primera parte de la temporada. Pero los dioses de la lluvia intervinieron, produciendo un diluvio tropical al comienzo de la prueba. Alonso completó una carrera fantástica y sacó el máximo de su talento para exceder las habilidades técnicas de su coche. Tres meses después, en Valencia, el español se hizo con una victoria que para él se encuentra a la altura de la de Monza, al menos desde un punto de vista emotivo. Volver a estar entre los ganadores delante de su afición fue una sensación increíble, tan increíble como su carrera, donde se pasó escalando posiciones toda la primera parte, antes de pasar en la segunda a controlar la carrera. Las lágrimas de Fernando en el podio pasarán a la historia como uno de los momentos más emotivos de su carrera vestido de rojo. La tercera victoria del año pasado, en Hockenheim, fue la única en la que el español no tuvo que hacer un milagro, ?solo? tuvo que ser perfecto. Al igual que al F10 de dos años antes, al F2012 pareció gustarle el trazado alemán, no solo por el hecho de conseguir la pole en la lluvia, sino también por la manera de ganar la carrera, liderándola prácticamente de principio a fin, sin ofrecer esperanza alguna a rivales del calibre de Button o Vettel. Ese fue el último momento competitivo para el coche de Maranello, en una temporada en la que, por segunda vez desde la llegada del de Oviedo a la Scuderia, terminaría en desilusión.
La décima perla del collar simboliza una historia muy reciente. La increíble victoria en Shanghái se puede comparar en cierto modo con las de 2010 en Monza y en Hockenheim en lo que al rendimiento del coche se refiere, al trabajo perfecto del piloto, a la gestión desde el muro y al trabajo en equipo en las paradas en boxes. Fue una victoria que llegó gracias a un grupo fuerte y determinado y de la mano de un Alonso que, este año como nunca, desea que la opinión unánime de los aficionados y expertos que le reconocieron como mejor piloto de los que luchaban por el campeonato se transforme en el título mundial. Aún queda un largo camino por recorrer para conseguirlo y para llegar hasta allí será necesario hacer crecer ese collar. Una cosa es segura: hay sitio en la cadena para más perlas. Tan sólo hay que hilarlas.