El equipo Marussia fue el primer percusor de esta innovación con un diseño inicial basado en una evolución del sistema de tubo actual, pero utilizando fibra de carbono de alto rendimiento con una geometría externa e interna a medida. En lugar de romperse en el momento del impacto, los tubos se aplastarían progresivamente para desacelerar el monoplaza. Durante la prueba, la nueva estructura fue capaz de absorber casi 40kJ de energía, tanto en un choque normal como con ángulo oblicuo - un aumento significativo en comparación al sistema actual.
El sistema será más seguro y ahorrará costes a los equipos de la parrilla
Paul Monaghan, jefe de ingeniería de Red Bull, ha aclarado que se trata de un sistema (obligatorio a partir de 2014) de seguridad estándar cuya implantación en los distintos monoplazas dependerá de cada equipo: "El tubo tiene una especificación común, pero cómo los equipos lo ponen en sus coches es completamente un asunto suyo. No sólo el sistema de mejora la seguridad, sino que también reducirá los costes de las pruebas de choque ya que el diseño del sistema se normalizará en los reglamentos, en lugar de dejar los equipos diseñar el suyo propio, eso puede requerir varias pruebas antes de que se cumplan los requisitos de la FIA".