Uno de los máximos directivos del equipo Mercedes, Toto Wolff, tiene bien guardado en la mente la fuerte lucha entre Lewis Hamilton y Nico Rosberg cuando ambos estaban peleando por el campeonato. El austriaco reconoce que era una situación de alta tensión debido a la competitividad que tenían sus pilotos cuando se bajaban la visera de sus cascos. Este ambiente comenzó realmente desde la temporada 2014 hasta la 2016 en la que Nico decidió no continuar en Fórmula 1 por el desgaste mental que suponía batallar de tú a tú con Lewis cada año. En 2014, los compañeros de escudería llegaron a la última carrera, la de Abu Dabi, con opciones repartidas para llevarse el título. Sin embargo, un fallo de fiabilidad en el W04 del alemán provocó que dejara en bandeja al británico la victoria y, por consiguiente, su segundo mundial después de años de sequía en McLaren.
En 2015, prácticamente Hamilton no tuvo rival y sentenció su título en el Gran Premio de Estados Unidos. A partir de ese momento, Rosberg no tenía nada que perder y demostró su valía en las tres citas finales (México, Brasil y Abu Dabi) donde se subió a lo más alto del podio. Gracias a este aumento de confianza, el alemán continuó con su racha de victorias durante las cuatro primeras carreras de 2016. Aunque con el transcurso de los Grandes Premios, esa racha de triunfos se iba alternando entre los dos pilotos de las estrellas plateadas. Pero fue Nico Rosberg quien se alzaría con su primer y único título, superando a uno de los pilotos más complicados de la categoría por solamente 5 puntos de diferencia.
Con esa demostración de su talento, el alemán parecía que continuaría en Fórmula 1 para el año siguiente y él mismo había firmado su continuidad para 2017, pero por un inesperado comunicado, Nico se retiraba dejando en su haber 11 temporadas, 23 victorias y 30 pole position.
Después de esa noticia, Mercedes había decidido cubrir ese asiento con el piloto de Williams, Valtteri Bottas, siendo la opción más conservadora entre los diversos pilotos disponibles. La travesía del finlandés ha sido complicada desde que llegó a Brackley porque siempre se ha puesto en duda su calidad o si era el piloto correcto para estar acompañando a Lewis Hamilton para luchar por títulos mundiales. Sin embargo, en su año de adaptación sumó 3 victorias y 4 pole position, a pesar de esto no fue suficiente para convencer y terminó el campeonato en tercera posición por detrás de su compañero y de Sebastian Vettel.
Después de la toma de contacto que supuso 2017, Valtteri había comenzado con un muy buen nivel la presente temporada pero la Diosa Fortuna no estuvo a su lado ya que tuvo varias oportunidades de estar en el escalón más alto del podio en el Gran Premio de China, pero fue arrebatado por la gran estrategia de Red Bull y por Daniel Ricciardo. Y la otra fue en el circuito urbano de Azerbaiyán en el que Valtteri tenía en su mano la victoria por delante de Hamilton y Kimi Räikkönen, pero por una pieza de fibra de carbono pinchó y acabó abandonando.
Difícil de gestionar la lucha entre sus pilotos
Dejando a un lado la alineación actual en Mercedes, Toto Wolff recordaba la dura etapa que sufrieron desde el equipo, teniendo a Hamilton y a Rosberg en una lucha constante, lo que provocó que el gestionar esta situación fuera realmente complicada. En una entrevista realizada por la página oficial de la Fórmula 1, en el podcast de "Beyond the Grid", el director ejecutivo se sinceraba y explicaba cómo era el ambiente entre sus pilotos desde 2014 y la solución que tuvo que buscar para que no llegara a un punto insostenible entre ambos. Además, ninguno quería tener el papel de segundo piloto ya que tenían un monoplaza realmente competitivo y superior al resto. Con esta clara hegemonía, fueron tres años de pura lucha interna que iba incrementándose con el paso de las carreras.
"No teníamos una situación en la que ambos pilotos lucharan por un campeonato, lo que se convirtió en un partido totalmente diferente en 2014. Con eso, te das cuenta que eran pilotos Alfa, ambos tenían la intención de ganar el campeonato mundial y ninguno quería ser número 2. Fue como un volcán que empezaba a temblar y, que finalmente, erupcionó. Con cada controversia crecía en algo más grande y era una distracción para el equipo de gestionar. Porque somos humanos y siempre es complicado emocionalmente porque, a veces, prefieres a un piloto por encima del otro y es algo completamente normal".
Alain Prost fue la ayuda que necesitaban en Mercedes
Por otro lado, Wolff reconoció que había hablado con Alain Prost para que le aconsejara sobre cómo intentar solucionar la incertidumbre que tenían en Mercedes, ya que el francés y Ayrton Senna tuvieron una de las rivalidades más destacadas en la historia de la Fórmula 1. La clave para el tetracampeón de antaño consistía en la transparencia y en hablar cara a cara con el brasileño para solventar sus diferencias tanto en pista como fuera de ella. Gracias a este consejo, Wolff lo llevó a cabo con sus pilotos para que la rivalidad no siguiera aumentando hasta llegar el punto de afectar a los resultados de la escudería alemana.
"Tuve una conversación con Alain Prost en 2014 lo que me dio una buena lección. Le pregunté sobre qué fue mal entre Senna y él, dos de los pilotos más grandes que vio cómo su relación se rompió y terminaba con accidentes en pista. Él dijo que el mayor problema fue la transparencia de la gestión, nunca supieron la gestión que había en McLaren. Lo que intenté implementar en el equipo rápidamente fue la transparecia total, hablábamos sobre las cosas, a veces es un inconveniente porque había cosas que no querías escuchar".
"Con el paso del tiempo, empezamos a confiar en el otro y fue de ayuda que te ayudara en conseguir tus objetivos. De vez en cuando, estabas de acuerdo y otras estabas en desacuerdo y, al menos, entendías el punto de vista del otro. Esto es muy importante y así es cómo tienes que afrontar la situación entre Nico y Lewis. Durante ese proceso, también sucedió con otros dentro del equipo y fue de ayuda gestionarlo de esa manera".
