Shovlin habla sin tapujos de la actualidad del equipo, siguen sin ser capaces de dar con la clave y afirma que aun les quedan duras pruebas que superar, en la que no creen que el coche pueda funcionar o mejorar. Pese a ello, el de Mercedes alega que siguen trabajando en conjunto todo el equipo para lograr devolver a la escudería a lo más alto de la parrilla.
Andrew Shovlin, director de ingeniería:
"Fue mucho más difícil hacer funcionar el coche en Mónaco que en Barcelona, menciono el ingeniero. En España habíamos demostrado que teníamos un buen ritmo de carrera, aunque sabemos que todavía hay trabajo que hacer para cerrar la diferencia con Red Bull y Ferrari".
"El reto de Mónaco son las características de baja velocidad, es un circuito muy bacheado y estábamos sufriendo con la maniobrabilidad del coche. Eso afectaba a la confianza de los pilotos para coger velocidad y significaba que no podíamos rodar tan cerca del límite como habíamos sido capaces de hacer en España".
"Bakú podría presentar algunos desafíos similares, estamos trabajando en áreas para tratar de mejorar el porpoising. Tratar de ser capaces de hacer funcionar el monoplaza un poco más cerca de su ventana ideal, pero somos muy conscientes de que, además de añadir el rendimiento de básico, debemos hacer que funcione en una gama más amplia de circuitos".
"Así que estaremos trabajando en todo esto durante la próxima semana para preparar Azerbaiyán, aunque también a largo plazo, porque habrá otros trazados difíciles. Todo eso se está haciendo con un trabajo muy duro, porque el equipo y los pilotos están desesperados por volver a estar delante.
