Toro Rosso afronta el Gran Premio de México, antepenúltima cita de la temporada 2018 de Fórmula 1, con el objetivo de mantener la octava posición en el Campeonato de Constructores. A día de hoy cuenta únicamente con cuatro puntos de ventaja respecto a su rival más directo, Sauber (32 puntos frente a los 28 de la escudería suiza). Pierre Gasly, que vive sus últimas tres carreras bajo las órdenes del equipo de Faenza, cuenta con entusiasmo los días que faltan para subirse al monoplaza y saltar al trazado de los Hermanos Rodríguez, al cual define como uno de los mejores del calendario. De igual modo, señala la altitud de este circuito como uno de los factores más complejos de la prueba, sobre todo en lo que respecta a la administración del oxígeno. Aun así, reconoce que la carrera no es de las más exigentes a lo que a nivel físico se refiere.
Por otra parte, su compañero de equipo, Brendon Hartley, aún con un futuro incierto dentro de la categoría debido a su pobre actuación en la presente campaña (es penúltimo de la clasificación con solo cuatro puntos), se muestra entusiasmado por competir en el trazado mexicano, donde ya ha logrado la victoria anteriormente en el Campeonato Mundial de Resistencia (WEC), y señala la refrigeración como el punto clave para el devenir de este Gran Premio. Entretanto, destaca el tercer sector del circuito como el más interesante desde el punto de vista del piloto, gracias en parte al apoyo por parte de los aficionados, pues, como él mismo indica, transmite la sensación de que toda la ciudad está dentro del circuito apoyando.
Pierre Gasly (14º - 28 puntos):
"El año pasado terminé el Gran Premio de México en decimotercera posición. La verdad es que esta es una de las mejores carreras de todo el año, con una gran multitud y aficionados realmente entusiastas. Gracias a ellos, el ambiente es muy increíble y especial. El hecho de que la carrera se celebre en una fecha muy cercana a la fiesta del Día de los Muertos también añade una dimensión extra al fin de semana. El año pasado fue complicado por varias razones, ya que no pude rodar casi hasta la carrera debido a que no participé en la clasificación, por lo que fue una prueba complicada desde el punto de vista técnico, sobre todo porque la altitud lo cambia todo: el motor, los frenos, la fiabilidad, tienes menos agarre..., así que es más complicado configurar bien el monoplaza. Desde el punto de vista físico, eres consciente de que tomas menos oxígeno, de modo que esta prueba es un poco más complicada que las que realizamos a nivel del mar. Aun así, la pista no tiene muchos puntos de frenadas intensos o curvas de alta velocidad, así que físicamente no te exige mucho".
Brendon Hartley (19º - 4 puntos):
"México es una pista a la que también volveré en un coche de Fórmula 1. El Hermanos Rodríguez es un circuito que disfruto mucho, pues he corrido aquí y he ganado en el WEC. Es muy interesante y supone un reto para la ingeniería, con una densidad aerodinámica muy baja, ya que la ciudad está a 2.000 metros de altitud. Este aspecto implica que tenemos menos carga aerodinámica de la habitual y que además hay velocidades muy altas, combinadas con un agarre relativamente bajo. La altitud es el factor decisivo para los pilotos, el equipo y el coche. He pasado algo de tiempo a esta altitud a lo largo este año, como por ejemplo cuando fui a Colorado para la carrera de mountain bike Leadville 100, y creo que puedo adaptarme bien, lo cual es algo que puedes sentir en el cockpit".
"La refrigeración es un punto clave para este Gran Premio, así que todos esos elementos combinados hacen que los monoplazas cuenten con todos los factores para poder ir bien, lo que hace que sea una carrera muy complicada para el coche. El sector final en el estadio es muy interesante desde un punto de vista del pilotaje, muy cerrado y con un gran ambiente. Se siente a la gente muy cerca, lo cual hace que parezca que toda la ciudad sigue la carrera. Creo que tenemos una buena oportunidad para hacerlo bien, especialmente después de las mejoras que hemos introducido de manera reciente".
