En la temporada 2019 de Fórmula 1 comprobamos que los jóvenes talentos han llegado a la competición para quedarse, sin embargo, hay un piloto que aún no ha podido demostrar ni una décima parte de su nivel, George Russell. El británico sufrió el nefasto rendimiento de su monoplaza y se vio relegado al fondo de la parrilla. A pesar de ello, dejó pinceladas de lo que puede llegar a hacer si cuenta con un bólido a la altura. El número '63' no logró ni un solo punto en su primera campaña en la categoría reina del automovilismo, aunque eso no le impidió convertirse en uno de los hombres más perseguidos de cara a un futuro próximo. De hecho, no se descarta su próxima confirmación como compañero de Lewis Hamilton. Ante su primer año en la F1, Russell admite que ha afrontado con humildad esta nueva etapa de su vida, por lo que no considera que haya cambiado su actitud. Asimismo, asegura que todos los pilotos que conforman la categoría son "normales", rompiendo con el estereotipo de superhéroes que uno se establece cuando les ve a través de la pantalla.
Sigue siendo el mismo
"Realmente mi vida no ha cambiado tanto como la gente podría suponer. Sigo siendo el mismo chico, siempre tratando de mantenerme con los pies en la tierra. Creo que cuando te sientas en casa y ves a estos tipos en la televisión, piensas que son casi superhéroes y que son intocables. Pero en realidad todos somos personas normales. Voy a todas las carreras con el mismo objetivo de siempre, que es hacerlo lo mejor posible. Obviamente, la Fórmula 1 se encuentra en el escalafón más alto de este deporte, y para mí es un sueño estar aquí, pero en general creo que lo más sorprendente de la competición es que todos son seres humanos normales", ha expresado en palabras para el portal web RaceFans.
