El equipo Williams está atravesando una de las peores etapas de su historia en la Fórmula 1. Los hombres de Grove no solo son los más lentos de la parrilla, sino que ni siquiera tienen potencial para pelear con el resto de equipos. Y es que a día de hoy son casi cuatro segundos más lentos que el mejor coche. Una diferencia inviable para una escudería de máximo nivel. Por ello, cualquier detalle puede ser crucial a partir de ahora en su proceso de regeneración. Uno de sus pilotos actuales, George Russell, tuvo la oportunidad de probar el W10 de Mercedes en los test post carrera de Baréin, lo cual le permitió valorar los aspectos diferenciales de cada monoplaza y, por ende, recabar datos interesantes de cara a un futuro próximo en Williams. Así lo ratifica el británico, quien espera que haya una patente evolución en los siguientes Grandes Premios o, de lo contrario, 2019 puede ser un año muy largo para ellos.
"Fue una experiencia increíble el hecho de subirme al Mercedes, y una que muchos pilotos no pueden probar. A día de hoy, los de Brackley están liderando el Campeonato; son un equipo ganador y posiblemente cuentan con el coche más rápido de la parrilla en estos momentos. Así pues, según mi opinión, y teniendo en cuenta nuestra situación actual, la cual nos lleva a ser los últimos de la tabla, subirme al W10 fue una gran oportunidad para saber hacia dónde deberíamos apuntar de ahora en adelante. Como es obvio, estuvimos de acuerdo en que no compartiría datos confidenciales, pero estoy más que capacitado para llegar y decir: 'Su coche está haciendo X cosas en estas curvas y el nuestro no'. Y esto es en lo que necesitamos trabajar. La verdad es que fue una muy buena prueba para nuestros intereses. Sabemos que ellos tienen más carga aerodinámica que nosotros, aunque no es algo que se limite solamente en tener más carga aerodinámica", ha comentado en unas palabras recogidas por Motorsport.
Esperan revertir la situación
Por otro lado, el de King's Lynn, que también se subió al FW42 en los test, asegura que no le sorprendió percibir en primera persona la faraónica diferencia de rendimiento que hay entre los dos monoplazas. Hay que recordar que Williams es una de las escuderías más importantes de la categoría, pues cuenta en sus vitrinas con nueve Campeonatos de Constructores (el último en 1997) y siete de Pilotos, lo cual hace aún más dolorosa la nefasta racha en la que se encuentran inmersos los británicos y de la que, a priori, no parece que vayan a salir a corto plazo: "Yo diría que la diferencia en curva entre ambos coches es la esperada. Solo hay que ver dónde está Mercedes y dónde está Williams. La disparidad de rendimiento fue exactamente como la había imaginado. Obviamente, las pruebas son una cosa y las carreras son otra. Creo que rodé un total de 25 vueltas, y solo cinco de ellas fueron rápidas, de modo que no había nada que concluir", ha señalado para finalizar.
