El rumbo que ha tomado el Campeonato de Fórmula 1 de un tiempo a esta parte ha sido criticado duramente tanto dentro como fuera del Paddock. El problema ya no solo reside en las desorbitadas diferencias entre los equipos de la zona alta y la zona media de la parrilla (nadie comprende que el primer clasificado doble a pilotos del Top 10 con asiduidad), sino que las carreras de este deporte ya no se deciden por las vueltas rápidas o las batallan en la pista; ahora el protagonismo recae en la estrategia, así como en la gestión de los neumáticos y del propio combustible. Aspectos que, obviamente, juegan en contra del espectáculo. Los pilotos no dan el cien por cien de sus capacidades en carrera, únicamente se encargan de completar vuelta tras vuelta intentando ahorrar gasolina para poder cruzar la línea de meta. Algo intolerable para un deporte de tal calibre.
El que fuera jefe de Renault en la categoría reina, Flavio Briatore, que abandonó este puesto hace casi ya una década, no ha dudado en cargar duramente contra la Fórmula 1 actual. Para él, este deporte, además de ser muy caro, es aburrido y demasiado técnico. Asegura que no es la calidad de los pilotos la que decide el Campeonato, sino la capacidad de los ingenieros y el rendimiento del monoplaza, algo que delimita en demasía los candidatos a luchar por el título durante cada temporada. Pasó en su día con Brawn GP, posteriormente con el intratable equipo Red Bull y sucede en la actualidad con Mercedes. Del mismo modo, considera que Liberty Media debe pensar en alguna solución para que haya una mayor acción sobre pista y los aficionados puedan disfrutar de un buen espectáculo tanto desde las gradas como desde sus propias casas.
La fórmula 1 no puede continuar así
Entretanto, reconoce que el problema no solo recae en lo que ocurre cada fin de semana en los garajes de los equipos, pues Briatore cree que lo comentaristas de los Grandes Premios no ayudan al deporte al hablar constantemente sobre las gestión de los neumáticos y la degradación que pueden llegar a sufrir, en lugar de centrarse en el potencial de los pilotos y de los propios monoplazas. De este modo, el italiano pretende ser el altavoz de muchos seguidores que a día de hoy ya no disfrutan de la Fórmula 1.
"Tal vez la Fórmula 1 debería renombrarse a sí misma como 'Campeonato de Ingenieros Complicado'. La verdad es que ese título sería perfecto. Nadie entiende que haya un gasto de 600 millones de euros para luego conducir 20 carreras al año. Nunca nos importan los aficionados, pero estamos hablando de la parte técnica. La gente quiere ver batallas sobre la pista, pero si los comentaristas solo hablan de los neumáticos y no de la potencia del motor, y mucho menos del rendimiento del piloto, ¿cómo puede ser una Copa del Mundo de pilotos? Además, las carreras son demasiado largas, ya que se habla demasiado en la radio y hay 50 minutos de una entrevista en mitad de la carrera; ahí es donde el piloto debería reventar su cuello. Solo digo lo que piensan las personas, pues temen que algún día la tecnología pueda decidir todo", ha comentado el italiano ante los medios de comunicación.
