El pasado domingo, durante la celebración del Gran Premio de Barcelona de Fórmula 1, la política y el deporte volvieron a mezclarse. Y es que, como es de costumbre, el himno nacional sonó sobre el trazado de Montmeló antes de la vuelta de formación de los pilotos. Sin embargo, después, y tras un lapso de tiempo muy escueto, comenzó a sonar 'Els Segadors', el himno oficial de Cataluña, este además con una duración más extensa. Tras estos acontecimientos, la Real Federación Española de Automovilismo decidió expresar su malestar ante lo sucedido mediante la publicación de una carta durante el día de ayer y bajo la figura de su presidente, Manuel Aviñó, en la que ponía de manifiesto diferentes cuestiones y entre las que se encontraba, entre otras, la no previsión de la interpretación de cualquier otro himno que no fuera el nacional, así como el propio empleo de este con fines políticos, alterando con ello el protocolo y actuando contra el reglamento Deportivo de la Fórmula 1.
El Circuit de Barcelona-Catalunya responde tajante
"Tras recibir una misiva del Sr. Manuel Aviñó, presidente de la Real Federación Española de Automovilismo, donde manifiesta algunas consideraciones sobre el protocolo de la ceremonia de salida del Gran Premio de España de Fórmula 1, el Circuit de Barcelona-Catalunya expone lo siguiente:
1. Desde 1991, año de celebración del primer Gran Premio de España en el Circuit de Barcelona-Catalunya, 14 minutos antes de la salida de la carrera se interpretan los dos himnos en la parrilla. La operativa para interpretar dichos himnos siempre ha sido la misma: en primer lugar, suena el himno de España, el cual antecede a la posterior interpretación del himno de Catalunya.
2. En esta misma ceremonia de apertura, y desde la primera edición, también están presentes ambas banderas: la de España y la de Catalunya. En el 2015 se introdujo un nuevo formato, a petición de la Fórmula 1, con una nueva ceremonia dotada de mayor solemnidad, que se tradujo en la presencia de las autoridades y los pilotos encabezando la parrilla, frente a las banderas. Un acto que el Sr. Aviñó presenció la pasada temporada por primera vez, en calidad de presidente de la Real Federación Española de Automovilismo, donde sonaron los dos himnos y se mostraron las dos banderas.
3. El Circuit de Barcelona-Catalunya manifiesta y hace constar que siempre ha mostrado el máximo respeto a los símbolos de España y de Catalunya".
Política y deporte, cuanto más lejos mejor
Hay que recordar que este no fue el único conflicto político-deportivo de la jornada, pues tras acabar el Gran Premio, los dos pilotos anfitriones, Fernando Alonso y Carlos Sainz, decidieron pasear las banderas españolas sobre sus monoplazas mientras completaban una vuelta al circuito y saludaban a los asistentes. Un gesto criticado por muchos aficionados. Señoras y señores, la gente asiste a las carreras de Fórmula 1 para sentir la emoción del automovilismo, vibrar con sus pilotos y disfrutar de un gran espectáculo sobre el asfalto, no para soportar verborreas políticas que no tienen cabida en un evento de este tipo. Deporte y política jamás deberían ir unidos, ¿o es que acaso un piloto español no puede portar su propia bandera en un Gran Premio celebrado en su país y cuyo símbolo representa a España?