Leclerc ha dado el salto a la Fórmula 1 este año con el equipo Alfa Romeo Sauber, gracias a su contundente dominio la temporada pasada en la Fórmula 2, además de tener el apoyo de la Scuderia Ferrari. El primer tercio de temporada para el rookie monegasco ha sido muy positivo: puntuando en tres ocasiones de las cuales una fue su fantástica sexta plaza en el Gran Premio de Azerbaiyán. También cabe destacar que está por delante de su compañero, Marcus Ericsson, en el mundial de pilotos con un total de 10 puntos frente a los 2 del sueco.
Tras la séptima cita del calendario, Leclerc considera que su salto a la máxima categoría le ha sorprendido bastante. Su nuevo rol en la escudería suiza le ha costado un poco tiempo para adaptarse, tanto a su monoplaza como a su trabajo con los ingenieros. Sin embargo, desde siempre tuvo la misma mentalidad ganadora: 'hacer el mejor trabajo posible en el coche'.
Cambio radical
"No me esperaba que el salto fuera tan grande. La cantidad de procedimientos y los cambios en el estilo de pilotaje han sido un paso adelante. Los comienzos fueron difíciles para mí, quizá lo que hubiera deseado era entender el coche un poco más rápido. Si hubiera podido cambiar algo, eso hubiera cambiado. Por otro lado, la gestión de los neumáticos es la misma que en F2 y necesitas considerar cuándo utilizar la energía a la hora de luchar contra otros pilotos que tienen más experiencia".
"En general, los fines de semana son muy diferentes, más ajetreados con los medios de comunicación y con todo, pero el objetivo siempre es el mismo: hacer el mejor trabajo posible en el coche. Necesitas aprender cómo trabajar con tanta gente, fue bastante complicado al principio. En Fórmula 2, solo hablas con una única persona, tu ingeniero, pero aquí tienes muchas personas que se encargan de áreas más pequeñas que las que tienes en F2. Me costó un poco de tiempo acostumbrarme".
