El circuito de Hungaroring no suele decepcionar y la edición de este año no ha sido una excepción. La lluvia previa a la salida había provocado que los primeros compases fuesen realmente complicados al ser su primera experiencia con asfalto mojado en todo ese fin de semana. Una vez se apagaron los semáforos, Valtteri Bottas y Lance Stroll fueron los grandes protagonistas en la curva 1, ya que dejaron fuera de combate a muchos de sus rivales. Norris, Pérez, Leclerc y los propios causantes no pudieron continuar en esta última ronda que marcaba el final de la primera mitad de la temporada. Con este desafortunado suceso, el orden de los pilotos era inimaginable, Esteban Ocon y Sebastian Vettel luchando por la victoria desde el principio, los dos Williams en los puntos o la remontada de varios pilotos. Como en cada Gran Premio os traemos nuestro briefing en el que valoramos todo lo que ha sucedido en esta undécima cita del calendario.

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La carrera de Hungría, a decir verdad, partía como una de las menos emocionantes del año, pero no por nada en especial, pues en el pasado nos dio alegrías y en otras ocasiones no tanto. Sin embargo, el Hungaroring y su diseño hace que sea una combinación que no nos atrapa si pensamos en adelantamientos y carrera de estar pegados a las pantallas. En cambio, el pasado domingo no sé bien si vi una carrera de F1, una película o un nuevo capítulo de Drive to Survive al más puro estilo Netflix. La retransmisión empezó y lo hizo con sorpresa, paraguas, chubasqueros y sí, agua en pista. Hungría arrancaba con sorpresa, con la emoción de poder ver una salida en mojado, pero pasamos a la incredulidad tras ver es súper strike de Valtteri Bottas, sin llegar a hacer la primera curva de la carrera ya había dejado a los dos Red Bull fuera de juego. Algo que entre bromas bien podría decirse que valía la renovación...
Pero seamos serios, Mercedes había perdido uno de sus monoplazas y dejaba en bandeja la victoria a su compañero. Entonces llegó la bandera roja, Verstappen pudo medio reparar su coche sí eso que decían que debía estar prohibido cuando era Hamilton el beneficiado. Bueno, detalles aparte, la verdad es que poco se podía hacer con ese maltrecho Red Bull, bastante fue que Max pudiera pescar algún punto. Fue entonces cuando la preparación para la segunda salida nos volvía a dar un vuelco a lo que en nuestra cabeza se había generado. Como si le hubieran dado la vuelta a una tortilla que se está cocinando. Lewis Hamilton tomaba la salida en solitario desde la parrilla y todos los demás entraban a cambiar ruedas, el británico lo hizo una vuelta después y para su sorpresa, era último. La verdad que cualquier decisión que hubieran tomado siendo los primeros era arriesgada. Pero tras esa salida plagada de toques, fue hasta cómico ver lo que sucedió.
Y es que la Fórmula 1 cambia su escenario de forma plena cuando la victoria no se la disputan entre los favoritos. Se agradece enormemente que sucedan estas carambolas y veamos a otros grandes talentos poder mostrarse. Esteban Ocon y Sebastian Vettel se escaparon para pelearse la victoria entre ambos, cualquiera habría sido digno vencedor, fue precioso ver a estos dos pilotos en esas posiciones. Lástima de sanciones a posteriori que empañan la imagen y distorsionan lo que vemos en pista, sin duda para mí, sanción que no debió recaer sobre Sebastian Vettel.
Otro que hizo un trabajo magistral fue Fernando Alonso, el fin de semana de su 40 cumpleaños se mostró más joven que nunca aguantando al Mercedes de Lewis Hamilton detrás. El español cocinó a fuego lento la victoria de su compañero, la celebración fue para guardarla en museos. Por detrás seguíamos teniendo a más pilotos a los que aplaudir, los Williams lo hicieron perfecto y al fin sumaron esos tan ansiados puntos. Los gestos de Russell son para tener en cuenta para Mercedes. Sin ninguna duda hubo mucha acción en pista, pero dirección de carrera volvió a dar el cante, demasiadas apariciones y falta de criterio, algo debe cambiar y no son los monoplazas.

Cristian Rodríguez: "Se desató el caos y la carrera se puso patas arriba"
Tedio. Con esta palabra esperaba empezar este párrafo, pero lo cierto es que el Gran Premio de Hungría nos rompió los esquemas. La llegada de la lluvia propició una rocambolesca salida que nos levantó a todos del sofá. Ver a cuatro de los favoritos en las escapatorias me descolocó por completo, pero al mismo tiempo me hizo ver que estaba ante una de esas carreras en las que todo es posible, como ver a Nicholas Latifi en tercera posición o a un Haas dentro de los puntos, aunque fuera por unas vueltas. Sin embargo, lo que más me hizo expresar mi locura en la silla fue la relanzada, con un Lewis Hamilton detenido solo en la parrilla. Estábamos ante un momento histórico. No negaré que me alegré al ver que el británico tenía que entrar en boxes, ya que eso implicaba remontada y, por ende, más espectáculo. Ver a Esteban Ocon liderando la prueba me sacó una sonrisa de oreja a oreja. Menuda actuación del francés marchándose en el primer stint y aguantando la presión de Sebastian Vettel, de nuevo destinado a ser uno de los protagonistas, como ya ocurriera en Bakú. El alemán acabaría descalificado. Lástima, pero las normas hay que cumplirlas. Tras él, es el momento de hablar de nuevo de Hamilton. El británico sufrió en las primeras vueltas al quedar atrapado por detrás de Giovinazzi, pero supo aprovechar una estrategia a dos paradas para exprimir su velocidad pura.
Y es ahí cuando entró en juego su batalla con Fernando Alonso. Menudo espectáculo. Los pelos de punta. Para mí fue un regalo que me permitió retroceder al pasado. Sideral el español aguantando las embestidas del '44' de Mercedes. Ojalá podamos ver más luchas como esta en un futuro cercano. El que puso menos impedimentos a Lewis fue Carlos Sainz, que llegó con pocas gomas a las últimas vueltas, si bien el madrileño protagonizó una gran remontada, beneficiado por el caos del arranque, y se mostró muy sólido. Realmente buena la primera mitad de campaña del piloto de Ferrari, que se marcha a las vacaciones por delante de su compañero de garaje en la General. A destacar también el papel de los hombres de Willams. Primeros puntos del año para ellos, los cuales les sirven además para superar a Alfa Romeo en el Mundial de Constructores y situarse octavos. En contraparte a todas estas actuaciones, tenemos la de Valtteri Bottas. Lamentable salida, al igual que la de Stroll, y una sanción de cinco posiciones en Bélgica que considero insuficiente teniendo en cuenta las consecuencias que provocaron. Cuidado con el finlandés, cuyo futuro en Mercedes pende de un hilo. Sinceramente, le veo fuera, aunque no apuesto a que diga adiós a la Fórmula 1 con tanta facilidad. Nos marchamos al parón con una de las mejores campañas que recuerdo en la categoría reina del automovilismo, al menos bajo mi punto de vista, y con el deseo de que la intensidad, la emoción y la igualdad se incrementen aún más en las próximas pruebas. Mi apuesta, a día de hoy, es que Lewis Hamilton se alzará con la corona.

Martín Yuguero: "La lluvia previa a la carrera provocó un enorme efecto dominó"
Después del resultado de la clasificación, la lucha entre ambos Mercedes y Red Bull tenía que haber sido apasionante e intensa entre los cuatro pilotos. Sin embargo, la lluvia había hecho acto de presencia en el día de la carrera y los planes estratégicos de los equipos había cambiado drásticamente. Una vez comenzó la sesión, el principal hándicap había estado relacionado con la inexperiencia de no haber rodado bajo condiciones de pista mojada a lo largo de esos días. Debido a este factor, Bottas había sido el encargado de fastidiar la carrera a los dos Red Bull y Norris, mientras que Stroll también había tenido protagonismo al eliminar a Leclerc y molestar a Ricciardo. Esa curva 1 había sido fatídica para muchos pilotos de cabeza, aunque también había sido el milagro para los que venían por detrás.
A partir de ese acontecimiento daba comienzo el segundo capítulo de la carrera. Con la eliminación de muchos de los favoritos y la bandera roja, los equipos de la zona media habían sido los grandes protagonistas hasta la bandera a cuadros. No tenía sentido ver a Ocon y a Vettel luchando por la primera posición teniendo en cuenta desde donde partían en parrilla, los dos Williams dentro del Top 10, o la remontada de Sainz y Tsunoda para situarse dentro del Top 5.
La lucha había sido preciosa en los distintos puntos del pelotón, pero el foco estaba puesto en la intensa batalla entre dos campeones del mundo. Hamilton había sido de los últimos en parar en boxes, por lo que contaba con Medios nuevos y así aspirar a los escalones del podio. Sin embargo, hubo un rival que le había puesto las cosas realmente difíciles. Fernando Alonso, con un coche claramente inferior al Mercedes, pudo mantener detrás al heptacampeón durante 10 vueltas, era un espectáculo digno de presenciar. Lo que estaba haciendo el español era inexplicable e imposible de imaginar. La defensa férrea del español fue determinante para que Ocon consiguiera su primera victoria. Eso sí, no se puede restar mérito al francés ya que estuvo defendiéndose de Vettel durante 65 largas vueltas.
El espectáculo visto en Hungría ha sido el broche de oro para cerrar esta primera mitad de esta campaña y nos da más ganas de que llegue el Gran Premio de Bélgica.