El ex piloto de Fórmula 1 destaca que el poder de los cuatro principales fabricantes de motores (Mercedes, Ferrari, Renault y Honda) son los que están 'dirigiendo' el rumbo actual de la categoría, ya que son una parte importante de este negocio y los que pueden influir en las tomas de decisiones futuras. Al tener un gran papel, estos piensan que si no entran nuevos fabricantes de cara a medio plazo no tiene sentido efectuar cambios. Sin embargo, la Fórmula 1 se caracteriza por una evolución constante lo que provoca modificaciones en el reglamento y, sin este desarrollo, puede darse un periodo de estancamiento.
Berger también propone una serie de cambios en los monoplazas, en la tecnología que estos incorporan con la finalidad de mejorar el espectáculo. Por último, el austriaco considera que para evitar 'decisiones interminables' en la sede de la Federación Internacional de Automovilismo en Francia se necesita una dictadura liderada por Liberty Media y por Jean Todt, presidente de la FIA.
Dictadura en decisiones
"Entiendo la posición de los grandes fabricantes sobre los motores porque no se equivocan cuando dicen 'si no llega ningún otro fabricante, ¿por qué deberíamos cambiar? Solo cuesta dinero'. Por eso no deberían haber acuerdos. Con las interminables reuniones en Ginebra y París o donde sea, la Fórmula 1 no puede ser gestionada democráticamente. Se necesita una dictadura con una o dos personas que decidieran hacia dónde vamos. En este caso, Chase Carey para los nuevos propietarios y Jean Todt como presidente de la FIA".
Cambios en la categoría para el futuro
"Lo primero es que los coches son demasiado pesados; lo segundo debería haber tecnología que pueda ser perfeccionada y pagada por más de dos o tres corporaciones gigantes; tercero, la tecnología no debería ser el factor decisivo y, en cuarto lugar, un piloto debe ser capaz de ganar con un coche por encima de la media".