Es por eso que tras una temporada en la que se ha visto dos incidentes llenos de riesgo, como fueron por un lado la muerte de Henry Surtees en una carrera de F2 en Brands Hatch al rebotar una rueda en su cabeza, y por otro el accidente de Vitantonio Liuzzi en la última sesión libre del pasado Gran Premio de Alemania, en el que una rueda salió volando y casi impacta contra el alemán de Virgin Timo Glock, la F1 tome cartas en el asunto.
Las palabras de Glock en su día fueron el detonante: "Tuve la fortuna de que dejé algo de espacio entre Liuzzi y yo en la zona del Motodrom ya que quería calentar bien mis frenos. De otro modo estaría justo detrás de él cuando saltó la rueda".
Además, uno de los cables del Ferrari que pilotó Fernando Alonso en Mónaco se soltó cuando impactó contra el muro en Massenet en los libres del sábado. Cables que se incorporaron a la F1 en la temporada 1998, con la función de conectar los neumáticos con el chasis.
Aún así, los inicios de estos cables no fueron muy halagüeños ya que el riesgo nunca dejó de existir, como pudimos comprobar los que vimos fallecer a un comisario en Australia 2001, y un año antes otro comisario dejaba la vida en Monza tras el múltiple accidente ocurrido en la segunda chicane del velocísimo trazado italiano. A parte cabe resaltar la carrera de la foto de esta noticia, Alemania 2001, donde Luciano Burti saltó por los aires, con mitad del coche desprendido."Los cables son importantísimos para nosotros", declaró el ingeniero jefe de McLaren Paddy Lowe. "Hemos hablado muchas veces con el Grupo Técnico de Trabajo y hemos decidido conjuntamente en meter otro cable en cada rueda para mejorar la seguridad".