El piloto francés fue el vencedor de la GP2 Series (actual Fórmula 2) en 2016, por delante de su compañero Antonio Giovinazzi. En este año, el italiano ya tuvo la posibilidad de subirse a un monoplaza de F1. Antonio rodó en algunos Libres 1 con el VF-17 de Haas y de competir en Sauber, sustituyendo a Pascal Wehrlein en Australia y China.
Mientras que Pierre Gasly solo se ha podido subir al RB13 de Red Bull en test. A pesar de haber ganado la categoría inferior, el francés se mantiene a la espera de si podrá subir a Toro Rosso. A finales del año pasado, tenía todas las papeletas de subir a la filial para sustituir a Daniil Kvyat, pero al final el ruso conservó su asiento para 2017. Con esta decisión, la joven promesa tuvo que poner rumbo a la Super Fórmula japonesa, como ya había hecho Stoffel Vandoorne en 2015 cuando ganó la GP2.Una vez superada la primera mitad de la temporada, el nombre de Gasly vuelve a sonar para la parrilla del próximo año. La meta del francés es llegar a Toro Rosso en 2018, sin que se vuelva a repetir lo de finales de 2016. Tanto Carlos Sainz como Daniil Kvyat están en el ojo del huracán. El español por sus polémicas declaraciones de salir del equipo para ascender a un equipo mejor; en el caso del ruso, por sus continuos errores como por sus cuestionables acciones en pista.
Meta clara
Gasly tiene claro dónde quiere estar el próximo año, solamente está a la espera de la llamada de Helmut Marko para confirmar su futuro.
"Mi plan es estar en la parrilla de 2018 con Toro Rosso, ese es mi objetivo. En este momento necesitamos esperar, pero ese es mi plan. No tengo manager por lo que hablo directamente con Helmut Marko, sabes que es un hombre sencillo y tenemos una buena relación. Cuando pase algo, básicamente me llamará y me dirá 'OK, está hecho'. Pero es demasiado pronto para que se tome una decisión, solo estamos a comienzos de agosto. Ojalá que en este mes tengamos más noticias".
