
Mosley jugó un papel decisivo en la mejora de la seguridad en la F1 durante su mandato como presidente de la FIA, en estrecha colaboración con el Dr. Sid Watkins a raíz de la muerte de Ayrton Senna en 1994 para tratar de evitar cualquier futuro accidente fatal.
"Todavía hay accidentes extraños, como el de Jules (Bianchi), pero en esta clase de accidentes graves de carreras, esperas que el piloto salga caminando. Este no habría sido el caso hace 20 años", señaló Mosley.