El director de competición de Pirelli, Paul Hembery, comparte esta opinión, y teme que los morros escalonados generen cierto rechazo en los aficionados, especialmente en aquellos que no conocen demasiado acerca de los motivos técnicos que se esconden tras estos agresivos diseños.
"Creo que estamos de acuerdo en que el sentimiento general es que son tremendamente feos. Pero creo que si hablas con los ingenieros te dirán que mientras sean rápidos no importa lo feos que sean. Desde el punto de vista del aficionado son un poco extraños, y no creo que sea agradable, lo cual es una pena", comenta Hembery.
En los aficionados menos incolucrados puede generar rechazo
"Uno entiende por qué lo hacen, pues están siguiendo las normas y buscan velocidad, no belleza. Pero poniéndonos en la piel de los aficionados, no son especialmente bonitos. No creo que esta temporada se vaya a recordar como el año de los monoplazas bonitos", ironiza. "Una buena forma de medir esta sensación es como cuando mi hijo los vio y me dijo: '¡Papá, son feos como cerdos!'"
"No le importa nada el reglamento, tiene dieciséis años y ve la Fórmula 1 desde la perspectiva de alguien que ama los coches y los deportes de motor. Sé que suena un poco estúpido decirlo, salvo como analogía, pero creo que es un poco lo que dice la gente que quizás no está tan involucrada como nosotros", se explica.
"Pero, ¿dónde trazamos la línea? ¿Cómo creamos reglas que hagan que los coches parezcan bonitos? ¿Cómo se hace eso? Esa pregunta también tiene difícil respuesta", concluye.