Doyle asegura que lo mejor sería no renovar el contrato con la FOM cuando expire, en el año 2015: "Aunque no conozco ninguna ciudad que voluntariamente se haya alejado de un Gran Premio, ¿podría ser Melbourne la primera? La última posibilidad es decidir que han sido 20 años fantásticos y que los beneficios para la ciudad y el estado han sido enormes, pero que el ciclo ha seguido su curso. Mi opinión sería: 'Preparaos, se acabó el tiempo'."
La carrera australiana se ha celebrado en Melbourne desde 1996 y desde entonces la pérdida de dinero se ha ido incrementando año a año. El Gran Premio inaugural tuvo unas pérdidas de 1,5 millones de dólares y en los últimos años la cifra ha llegado hasta los 50 millones.
A pesar de que Doyle no tiene voz ni voto en las negociaciones con la FOM, sí posee uno de los cargos más influyentes del Estado y seguro que sus palabras levantan bastante polémica en una ciudad ya de por sí agitada por el Gran Premio.