Australia demostró la importancia de el trabajo en equipo en la actual forma de devenir las carreras de Fórmula 1, ya que la estrategia de cada escudería debe programarse desde el inicio contando con ambas piezas del rompecabezas, y cuanto menos alejadas estén un monoplaza del de su compañero, mayor capacidad de actuación, mejores movimientos y más facilidad habrá. Así fue como sucedió en Ferrari, consiguiendo el equipo italiano que sus dos pilotos terminasen subidos al podio, después de haber mantenido en jaque a un sol coche durante todo el Gran Premio. El abatido Lewis Hamilton, ha visto lo sucedido desde la perspectiva menos cómoda, y asegura no querer volver a luchar del mismo modo en adelante, reivindicando la importancia de que su compañero de equipo de un paso adelante y luche de su lado, no cuatro curvas por detrás.
Lewis Hamilton declaraba que la fortaleza mostrada por Ferrari, y también por Red Bull, así como la facilidad de otros equipos menos competitivos, como Renault o McLaren para retener a los grandes, debe ser un elemento que de a Bottas el empujón que necesita para realizar ya la evolución que necesita. Kimi Raikkonen concretamente es la pieza que Hamilton ha visto con mayor sospecha, y respecto de la cual, el poder de su compañero de equipo debe ser sustancial, si quieren volver a ganar el Mundial de Constructores. Mercedes fue incapaz de defenderse frente al doble ataque de los coches rojos a Hamilton, mientras Bottas intentaba avanzar posiciones desde atrás, debido a su accidente en clasificación, que le propinó una fuerte penalización.Bottas tiene su apoyo
"Era uno contra dos todo el tiempo", decía Hamilton. "No es fácil para un equipo luchar contra otro que tiene dos coches que corren unidos, contra otro que solo puede luchar con uno". Hamilton no quiso sonar demasiado duro, y admitió que la situación en el primer Gran Premio de la temporada no significa que estructuralmente Mercedes sea incapaz de mantener dos coches luchando en el top 3, sino que comprendía el contexto de la carrera como una circunstancia atípica debida al accidente de Bottas y su posterior penalización en parrilla. Valtteri Bottas, por su parte, tuvo que hacer frente a una esforzada remontada, que no logró superar los siete puestos, cosa que no deja de ser todo un mérito. La barrera que le supusieron Red Bull, McLaren y Renault, sin embargo, no fue capaz de rebasarla, cosa que hace pensar a Hamilton, que este año será necesaria una mayor compenetración entre ambos.
"Trabajaremos juntos, Valtteri hará muchos esfuerzos para estar arriba del todo y luchar mano a mano en la refriega. Seguro que luchará por victorias, no será siempre como hoy. Pero desde el año pasado se ha convertido en algo indispensable mantener a los dos coches en lo alto, probablemente es ahora el momento en que ésto es más clave que nunca. Especialmente con Red Bull tan fuertes y ambos Ferraris también, incluso con Kimi conduciendo tan sorprendentemente bien, cosa que por otra parte, me parece genial", explicaba Hamilton. Por su parte, Bottas admitía que el accidente en Q3 había arruinado el fin de semana a su equipo, pero que no estaba dispuesto a ser tan duro consigo mismo como lo fue el año pasado. "Tengo que aprender de mis errores, però hay un límite en el punto del martirio de uno mismo que no hay que sobrepasar. Siempre habrá una carrera en dos semanas, y tienes que estar listo mental y físicamente en poco tiempo", explicaba Bottas.
"Intento tener una perspectiva bien amplia de la carrera, el resultado fue el que fue, pero no estoy dispuesto a dejar cundir el pánico. Es una carrera de 21, queda un largo año por delante", añadía el piloto finés.
