Será difícil que Vettel salga campeón. No por la magnitud de lo sucedido en Singapur sino por la consecuencia del incidente en la salida.
Ríos de tinta se han escrito en las últimas horas respecto de la múltiple colisión entre Vettel, Verstappen y Räikkönen. No es mi idea analizar ese aspecto aunque de hecho les cuento que en mi opinión es un incidente de carrera donde la mayor responsabilidad recae en Vettel. Nada más.Mi idea es acerca de cómo queda parado Vettel de cara a la definición del campeonato mundial.
Insisto en algo. Lo de Singapur cobra mayor dimensión porque al accidente se le suma la victoria de Hamilton. Ahora son 28 puntos los que tiene de ventaja el británico de Mercedes.
¿Son suficientes para pensar que todo esta definido?
No. Nada es suficiente hasta que las matemáticas digan lo contrario. Y hasta ahora los números ponen a Hamilton a resguardo, mucho más tranquilo, pero con seis Grandes Premios todavía por venir. En condiciones normales, aún con el nivel de paridad que tuvieron Lewis y Sebastian durante todo el año, es difícil pensar que se le escape al 44.
Sumando, llegando, ganando un par de las seis carreras que quedan, Hamilton es campeón. Vettel, en cambio, debe casi ganar todo lo que queda, y así y todo sigue dependiendo de lo que sume su rival. Es muy dicfil para el ferrarista llegar al objetivo del titulo.
En cambio, Hamilton depende de él mismo para calzarse la cuarta corona. Ahora bien. Son tan cambiantes las carreras de coches que todo puede suceder. Recuerden el año pasado cuando el motor de Hamilton se rompió en Malasia dejando vía libre a la conquista de Nico Rosberg, que con esa ventaja de 23 puntos encaró las últimas cinco carreras del año con una victoria y cuatro segundos puestos detrás de su compañero. Eso le bastó para ser campeón.
Entonces, tal como está planteada la situación Hamilton depende de él mismo y puede darse el lujo de terminar detrás de Vettel en por lo menos cuatro de las seis que faltan. Vettel debe salir a todo o nada. No hay más crédito. Se acabó, pronta y lastimosamente, en Singapur. Sebastian es todo lo que haga él más lo que haga Hamilton.
En el medio de todo esto jugará un papel fundamental Räikkönen. Kimi debe terminar las carreras que faltan detrás de Vettel y por delante de Hamilton. Urge que le quite puntos al hombre de Mercedes. Tarea más que difícil para el finlandés. Del otro lado esta Bottas que jugará para su coequipero cualquiera sea la situación que enfrente o necesite el moreno británico.
Toda esta teoría, que de hecho usted comprende y analiza, quizás, de la misma forma, choca sin embargo contra la imprevisibilidad de un Gran Premio. Mire Singapur. Poco antes de comenzar parecía que todo sería un paseo veloz de Ferrari. Y fue, lejos, la peor del año. Se fueron a Italia con cero puntso.
¿Qué puede cambiar entonces?
Los coches se pueden romper, pueden fallar. Los fierros no tienen lógica. La fiabilidad será trascendental. Para Mercedes porque si no se paran, es difícil que pierdan el campeonato. Para Ferrari, si se paran, porque tendrán que pensar en otra cosa mientras Hamilton festeje el campeonato.
¿Errores en los pilotos?
Por supuesto, también pueden suceder. Tiene más margen Hamilton que Vettel. Un error de Lewis podría ser enmendado. Uno de Vettel podría ser fatal para sus aspiraciones. Lo que es increíble es cómo cambió el panorama. De un mano a mano inolvidable estamos ahora ante la presencia de otro escenario donde va a existir el mano a mano pero donde los puntos gruesos los tiene Hamilton. Es él quien puede jugar con esas 28 unidades que tiene a favor.
No hablo de lo que viene, de si hay tal o cual circuito favorable a Ferrari o Mercedes, porque si fuese así, debemos suponer que los alemanes tienen todo a favor en lo que viene. El año pasado ganaron cinco de las ultimas seis carreras, con cuatro uno-dos. Es cierto que era otra Ferrari, con otra performance, la que intentaba pelearlos.
A esta altura creo que Hamilton es el campeón. Y si lo pierde será porque en algo han fallado él y su equipo.
