La F1 de este año es cambiante carrera tras carrera. Así viene desarrollándose la temporada 2017 con momentos favorables a Mercedes y otros a Ferrari, y en ese contexto específico debemos centrarnos en Lewis Hamilton y Sebastian Vettel, cabezas visibles de sus respectivos equipos y candidatos, me atrevo a decir los únicos, para ganar la corona mundial.
Después de la paliza de Monza y la anterior victoria en Spa parece que la balanza se inclinó para el lado de Hamilton y su flecha de plata. La vuelta del break de verano mostró muy fuerte a Mercedes con victorias contundentes. Más potencia y un Hamilton superlativo parecen ser los atributos mediante los cuales el moreno británico parece más firme en el camino que puede llevarlo a su cuarto título.En Mercedes parece existir algún titubeo a la hora de definir estrategias que favorezcan a Hamilton y pongan a su compañero Valtteri Bottas en el rol de escudero. No es caprichoso el tema. Bottas, con su trabajo, puede favorecer a Hamilton restándole puntos a Vettel y Ferrari. Solo falta que Mercedes lo decida. Es trascendente el tema porque cada punto en juego es vital para la definición. Miren en Ferrari. No lo dicen pero está clarísimo que todo se centra en Vettel. Y no está mal, al contrario. Räikkönen cumple con su trabajo, lo hace bien pero no tiene la preponderancia de la labor de Bottas por un simple motivo: Kimi no inquieta a Hamilton y Bottas lo pelea a Vettel y puede restarle puntos que favorezcan a Lewis.
Analizando el rendimiento de los autos, encuentro una llamativa paridad entre Ferrari y Mercedes. Son veloces, fiables y están separados por muy pocas centésimas. De acuerdo al circuito pueden tener mejor o peor ritmo según el compuesto de neumáticos pero, insisto, en el año son muy parecidas las performances de Lewis y Sebastian.
¿Entonces la pregunta es que factor puede desequilibrar en esta vibrante definición?
Fundamentalmente la fiabilidad. Hasta ahora es un punto en el que no ha fallado ninguno de los equipos. Es vital que no se paren los autos. Es clave que corran, lleguen y, obviamente, ganen.
Para mí, no obstante, el factor más desequilibrante será el humano. Lo que puedan hacer Hamilton y Vettel, lo que puedan hacer sus compañeros Bottas y Raikkonen. Sobra talento y capacidad. Los cuatro títulos de Vettel y los tres de Hamilton son una carta de presentación que no merece discusión alguna. Serán sus momentos. Esos momentos que tienen los pilotos dónde sacan a relucir el fuego sagrado y marcan la diferencia. Lo hace Hamilton a la hora de una pole; o Vettel en carrera cuando puntea y parece poco menos que imbatible.
Viene Singapur. Dicen que Ferrari puede estar mejor que Mercedes. Habrá que verlo. Es pura teoría. No más que eso. Sé que ustedes, estimados lectores, tendrán sus opiniones y sus corazones apuntalando a uno u otro. Yo creo que Hamilton será el campeón. Que hasta la última carrera no se definirá el título pero lo veo focalizado como nunca y mi sensación es que batirá a Vettel en esta tremenda pelea.
Lástima que no puede haber empate. Los dos han dado muestra clara de merecer ganar la corona. La realidad es que uno solo disfrutará y el otro perderá y buscará revancha la temporada venidera.
Así y todo, volviendo al inicio de la nota, este año de F1 es tan cambiante que todo puede suceder.
Hoy, en la recta final del campeonato y por referencia de las últimas dos carreras parecer ser Hamilton con Mercedes quien despunta.
¿Será así? ¿O Vettel podrá revertir la historia?