Valtteri Bottas está en un año trascendental para su carrera deportiva.
El inesperado retiro de Nico Rosberg abrió la puerta al equipo más ganador de la F1 de los últimos tiempos y fue el finlandés el elegido para tripular una de las Flechas de Plata. Eso sí. Contrato por un año. Casi como decirle a Valtteri "aprovecha la oportunidad de tu vida. Es ahora o nunca". Y Bottas, inteligente, aceptó y ahí está hoy, siendo el tercero en discordia en la pelea por el campeonato mundial, y con resultados inmejorables que lo único que pueden hacer presagiar es la renovación del vínculo por una o dos temporadas más.Siempre fue considerado un piloto veloz, agresivo y consistente. Un poco de cada cosa pudo mostrar en Williams durante los cuatro años que integró el equipo inglés. Sin dudas que al proveer Mercedes los motores a Williams, motivaron un amplio conocimiento de cómo y de qué forma trabajó Valtteri, y eso fue suficiente para que se convierta en "el elegido".
Bien. No ha defraudado, más bien todo lo contrario. Desde la primera carrera anduvo cerca de los tiempos de su compañero Hamilton, y luego estuvo a la par e incluso más rápido que el tricampeón mundial, lo que no es poca cosa.
Su palmarés 2017 es llamativo por lo bueno. Dos poles, Bahrein y Austria, dos victorias en Rusia y Austria, dos segundos puestos en Canadá y Bakú, dos terceros en Australia y Bahrein, un cuarto en Mónaco, un sexto en China, y un solo abandono en España, con problemas en el motor. Nada mal.
Bottas ha demostrado tener carácter. Es de los pilotos que no escapan al roce. Lo sucedido con Räikkönen en Bakú es muestra clara de lo que comentamos. En esa misma carrera realizó un tremendo trabajo de recuperación, pasando autos, no dudando nunca en ninguna maniobra y fue casi perfecto hasta llegar segundo en los últimos metros doblegando al joven Stroll.
Hasta aquí lo más importante parece ser que absorbió perfectamente la doble presión a la que se expuso desde el mismo momento en que firmó para Mercedes. Una es la de los resultados. Los ha logrado de sobra. La otra presión es la de correr bajo el mismo techo que Hamilton. El moreno británico ha tenido traumáticas relaciones con algunos de sus compañeros de equipo, como Alonso en su momento o Rosberg en los últimos años. Cada vez que Hamilton tuvo alguien de su nivel o mejor, las cosas fueron tensas y difíciles de llevar para sus coequiperos. Hoy, sin embargo, Hamilton ha resaltado la buena relación con Bottas y el clima agradable de trabajo que se vive en Mercedes. Quizás, internamente, Lewis sabe que difícilmente Valtteri resulte un obstáculo para pelear el campeonato. Al contrario, sabe que puede contar con él ya que a diferencia de otros años donde la pelea era solo entre él y Rosberg, hoy el enemigo está pintado de rojo Ferrari y se llama Sebastian Vettel.
A todo esto, uno se pregunta qué pasará por la cabeza de Bottas. Es imposible saberlo aunque un primer análisis me lleva a pensar que sabe que su función es la de apoyar a Hamilton. Que posiblemente gane algunas carreras más pero que desde el primer día sabe que su trabajo está alineado al objetivo de Mercedes de ganar la copa de Constructores y pugnar por un nuevo cetro para Lewis.
Los números le dan a Bottas, no hay dudas de ello. Matemáticamente está con posibilidades ciertas de ser el tercero en discordia pero no debe entrar en una batalla que puede infructuosa. No debe entrar en una pelea que incluso puede cerrarle las puertas de continuidad en Mercedes.
Valtteri hará todo lo mejor que pueda. Poles, alguna que otra victoria más seguramente pero su eje y objetivo, a medida que se acerque la instancia definitiva del campeonato, pasará por ser y hacer lo mejor para la marca y su compañero.
Insisto, no está mal. Después de todo, está donde está sin haber siquiera pensado que podía caerle tan pronto la posibilidad de integrar uno de los dos mejores equipos de la categoría.
Hoy sigue agradeciéndole a Rosberg por su retiro, y con su capacidad y talento intenta responder con creces a las exigencias de Mercedes. Va por el buen camino y eso no es poco.