Las esperanzas de Red Bull para tener un motor completamente competitivo a lo largo de la temporada se han esfumado tras las declaraciones de Cyril Abiteboul. El equipo de la bebida energética esperaba tener una unidad de potencia para pelear con Mercedes y Ferrari durante la segunda mitad de la temporada. Sin embargo, tendrá que conformarse con pequeñas mejoras cada fin de semana en lugar del cambio radical que esperaban.
Otro año más de espera
El equipo de Milton Keynes ha estado sufriendo mucho durante este inicio de campaña para seguir el ritmo de sus rivales. Lejos quedan esas expectativas de superioridad con la nueva reglamentación y esos objetivos que se habían dejado claro al final del año pasado. Red Bull ha perdido fuelle con sus rivales del año pasado, Mercedes y Ferrari, y una de las causas directas ha sido la unidad de potencia Renault, que ya en los test pecó de poca fiabilidad y velocidad.
El equipo ha estado trabajando duro en las áreas en las que tenían la oportunidad, mejorando claramente el chasis a lo largo de la temporada y haciendo la aerodinámica del coche cada vez más eficiente. Sin embargo, el progreso que se esperaba del motor, no está llegando. Los fallos mecánicos siguen apareciendo y la velocidad que se quería brilla por su ausencia.
"Fue Red Bull quien habló de una mejora en Bakú. Hay mejoras permanentemente, en cada carrera se hacen pequeñas mejoras. El año pasado creamos grandes expectativas y llegamos con una mejora que tuvo un gran impacto. Pero no podemos repetirlo cada año", dijo el de Renault.
"Ahora todo consiste en mejoras constantes que en conjunto marcarán la diferencia, pero no hay ninguna bala mágica. Cada carrera el motor será más y más fiable con el programa de progresión. Francamente, la siguiente gran mejora será el año que viene. Entonces, tendremos un concepto totalmente diferente. Marcará la diferencia, pero como digo, en 2018", concluyó Abiteboul.
