A día de hoy, los equipos siguen sin ponerse de acuerdo sobre la legalidad de este sistema, rescatando dudas del pasado y continuando con el desarrollo de sus monoplazas para esta temporada sin saber a ciencia cierta qué está permitido y qué no. Scuderia Ferrari es la mayor interesada en conocer detalladamente el funcionamiento de la solución implementada por los de Brackley, para actuar en consecuencia e intentar hallar una configuración similar que les acerque al equipo alemán. Tanto es así que Simone Resta, diseñador del equipo italiano, se puso en contacto con Charlie Whiting para clarificar la normativa alrededor de las suspensiones.
La respuesta del director de carrera fue clara: cualquier sistema de suspensión que mejore el rendimiento general del monoplaza modificando su altura y/o aerodinámica estarían violando las reglas. Tras este veredicto, se han ido sucediendo varias reuniones con los intermediarios de la FIA, la última la semana pasada, en la que tampoco llegaron a un punto en común. Se propusieron dos opciones, volver al sistema antiguo de suspensiones o contemplar la aprobación de las suspensiones actuales. Sin embargo, como ocurriera con el tema del Halo, no hubo consenso entre los equipos.
A contrarreloj
La proximidad de las dos semanas de test previas al comienzo de la temporada en el circuito de Albert Park, en Melbourne, no hacen sino complicar la situación. Se espera que Whiting y su personal más cercano aclaren definitivamente qué sistemas son legales y cuales no para 2017 en las próximas semanas. Las posibilidades de que veamos una reedición del año 2009, en el que el equipo de Ross Brawn comandó la tabla durante buena parte del campeonato gracias a su sistema legal de doble difusor, cada vez son mayores.
La hora de la verdad se acerca, quedando poco más de un mes para la primera carrera del año. Veremos como acaba esta polémica finalmente, de qué lado se inclina la balanza, una decisión que puede comprometer la temporada para muchos equipos.