Por otro lado, el de Red Bull negó la posibilidad de que Volkswagen, Audi u otras empresas estén ya preparadas para competir en 2017: "Este motor es algo muy complicado, ya sabéis. No es que llegues y digas: 'De acuerdo, vamos a hacerlo'. Tienes un tiempo de tres años y, si tomas una decisión así, es una inversión económica enorme. Si estuviera en la dirección de un fabricante grande, me gustaría saber hacia donde se dirige la F1, cuáles son las reglas y si hay estabilidad. Hay muchas preguntas".
Además, Marko aprovechó la ocasión para admitir que el retraso de la introducción de las mejoras de Renault a través de los 'tokens' ha sido frustrante: "Es decepcionante pero, por desgracia, no hay nada que nosotros podamos hacer. Con Daniel Ricciardo estoy seguro de que tendremos que cambiar motores dos veces, lo que significa perder diez posiciones, y lo más probable es que el primer cambio llegue en Monza. Es, por desgracia, un tipo de temporada que nunca tuvimos antes".
Las mejoras del coche funcionan
Sin embargo, el doble podio en Hungría supuso un aliciente para el equipo y, aunque se vio que el chasis está mejorando, Marko espera que las dos siguientes carreras sean duras: "Tuvimos suerte con el coche de seguridad, pero mala suerte en la salida y con los dos toques que tuvo Daniel, porque había opciones de ganar. Los dos pilotaron una buena carrera y la estrategia de usar el blando al final fue la correcta".
"No era un circuito de potencia, pero las mejoras que estamos haciendo están funcionando, así que el coche completo está mucho mejor y los pilotos tienen confianza. Hemos estado algo retrasados y nos hemos recuperado. Hacer esto justo antes del parón veraniego fue muy importante. Pero la historia será muy diferente en Spa y en Monza. Necesitamos lluvia en Spa para estar cerca de los primeros. Con este déficit de potencia, es simplemente imposible", finaliza Marko.
