"A pesar de que estamos haciendo un gran esfuerzo con eventos (promocionales), tales como el de Viena, nos estamos quedando muy por detrás del año pasado (en términos de venta de entradas). Esto demuestra los problemas que tienen todos los organizadores en estos momentos", explicó el austriaco en declaraciones a la agencia de noticias APA.
Helmut Marko cree que hay diversos motivos que explican el descenso generalizado en la ventas de entradas de F1, entre ellos lo fáciles de conducir que son los monoplazas actuales y la falta de decibelios de las unidades de potencia: "Hay una falta de sonido del motor, pero eso no es todo. Los coches son demasiado parecidos a un juego de Playstation. Los pilotos están saliendo (del coche) y ni siquiera tienen las mejillas rojas - son demasiado fáciles de conducir. Así que hay menos diferencia entre los mejores y los pilotos menos buenos, y el público lo sabe. Si tuviera que pintar nuestro coche rojo, casi nadie sería capaz de notar la diferencia con un Ferrari. Necesitamos más libertad".
"Será imposible transferir la tecnología actual a los coches de calle"
Además, Helmut Marko cuestiona que el propósito con el que se introdujo la nueva tecnología en la F1 tampoco parece probable que se vaya a cumplir. La máxima categoría del automovilismo quería con los motores V6 Turbo atraer a los fabricantes de automóviles al deporte, pero por el momento solo se ha logrado que Honda vuelva como motorista. Según Helmut Marko, esto se debe a que la tecnología actual de la F1 es demasiado compleja como para que se transfiera a los coches de calle.
"Cuando vino todo este cambio con la unidad de potencia, una espiral descendente comenzó. Estas unidades de potencia no son adecuadas para la Fórmula 1, pero como son tan difíciles y complejas también será imposible utilizarlas en los coches de calle", añadió Marko.
