Con la introducción la pasada temporada de la normativa de ahorro de combustible que obligaba a los equipos ha consumir un máximo de 100kg por cada hora, han sido mucho los equipos que, como habitúan a hacer con cualquier normativa, han tratado de buscarle soluciones que les permitan saltarse la normativa sin que los sensores instalados por la federación en sus monoplazas lo detecten, aunque no ha sido así.
La primera medida que tomaron para tratar de evitar que los equipos se saltasen la norma fue la instalación de mejores sistemas de medida de flujo combustible con más sensores en el coche, aunque parece que sigue sin funcionar. Esto sucedería porque la medida la toman con un caudalímetro y los equipos lo que hacen, en teoría, es burlar la norma solo por pequeños espacios de tiempo en la que necesiten un empujón extra: clasificación, momento de apuros en pista, abrir brecha con algún perseguidor...
Como solución, la FIA ha optado por advertir a los equipos que investigará el sistema físicamente para ver cómo funciona en realidad y tratar de evitar, por tanto, las triquiñuelas que parece que hacen ahora.