No está del todo claro cómo se dividieron los votos, pero se supo que había opiniones divididas entre los equipos antes de la reunión en relación a la fecha para realizar cambios. Mientras que algunas escuderías querían que las nuevas reglas entraran en vigor en 2016, otras preferían que la F1 esperara hasta 2017, cuando los cambios podrían llegar al mismo tiempo que el aumento de caballos de potencia en el motor (1.000) y el diseño de neumáticos más blandos.
Según algunas fuentes, se acordó que sería mejor dedicar más tiempo trabajando en propuestas concretas para 2017 que significarán un cambio por completo en vez de hacer las cosas de forma rápida. El hecho de que no hubiera unanimidad en la reunión en Ginebra significa que ahora no hay prácticamente esperanza de que haya cambios en el reglamento antes de 2017. El motivo es porque la reunión del viernes se vio como la última oportunidad para introducir cualquier cambio con apoyo mayoritario.
Bajo el nuevo reglamento introducido en la F1 el año pasado, cualquier modificación en las reglas pasado el 1 de marzo precisa de apoyo unánime de todos los equipos, algo que es poco probable que suceda. El paso lógico ahora es, pues, que los equipos intenten acordar las regulaciones este año que quieran que se aprueben a tiempo para añadirlas a las de 2017. De cara a la reunión en Ginebra, Ferrari publicó su concepto particular de un monoplaza de F1 del futuro, algo que según la Scuderia se podría lograr con cambios mínimos en las regulaciones actuales.