"Lo que me preocupa es que veríamos que los coches parecerían de Scalextric, pegados a la pista. El control en los pianos, el control de trazada, los baches, la aerodinámica... es lo mejor de todo, simplemente dejar volar el coche en el ángulo perfecto", explicó para Autosport.
Nuevas oportunidades
Además, el ex-piloto inglés duda de que la implantación de este tipo de suspensiones reduzca los costos: "No sé cómo demonios se ahorraría dinero porque se tendría que empezar de cero. Habría que rediseñar completamente los coches. Simplemente habría que abrir una nueva vía para el desarrollo y nuevas oportunidades. Quizá los coches se perseguirían mejor por el agarre de debajo del suelo, pero no veo como algo tan sumamente caro puede salir adelante".
Para terminar su crítica a los nuevos sistemas de suspensión, sugirió que se debería dejar a los equipos evolucionar sus propios sistemas. "Creo que un sistema estándar sería una mala idea. El punto debe ser desarrollar la tecnología y mejorarla".