Pero tras la aclaración de la FIA a principios de mes, cuando dejó claro que el índice de flujo de gasolina que produjera el sensor sería el que determinara la conformidad con las regulaciones, ningún otro equipo tomó el camino que escogió Red Bull al ignorar la lectura del sensor de la FIA. De hecho, los equipos han aceptado que, cuando ellos reciben la alerta de la posibilidad de que el sensor podría exceder los 100 kilos por hora en el flujo máximo, independientemente de lo que indiquen sus propios datos, han de asegurar su índice ligeramente para asegurar se de no violar las reglas.
Poca precisión
Por su parte, Red Bull no confió en las lecturas del sensor del coche de Ricciardo y, además, ignoró el consejo de la FIA, que le indicó que redujera su flujo durante la carrera. La marca suministradora de sensores, Gill Sensors, ha señalado que el 52% de sus medidores cuentan con un 0,1% de precisión en su lectura, mientras que el 92% de ellos están en un 0,25 de precisión. La tecnología de los sensores del flujo de gasolina es nueva, y ha habido problemas con el calibrado preciso de los sensores desde que se probaron por primera vez.
El jefe del equipo Ferrari, Stefano Domenicali, señaló: "Hemos de confiar en el hecho de que es una situación que la FIA maneja bien, y eso es ser honesto. Tenemos a la FIA, que hará su trabajo, y estoy seguro de que no habrá problemas". Por otro lado, el jefe de Mercedes, Toto Wolff, añadió: "Creo que simplemente todos los sistemas han de trabajar conjuntamente. La FIA está controlando el flujo de gasolina y comprobando todo con los equipos, y es una cuestión de aprender haciéndolo entre la FIA y los equipos. El medidor del flujo de gasolina es un sistema de la FIA, y es necesario que esté integrado en los coches. Es un proceso de aprendizaje en el que los equipos apoyan a la FIA y viceversa".