El tribunal escuchó este jueves que Eddie Jordan, ahora comentarista de la BBC; el cuatro veces Campeón del Mundo Alain Prost y el último jefe del equipo Arrows, Tom Walkinshaw (todos ellos expropietarios de equipos de F1) recibieron doce millones de euros [10 millones de libras esterlinas] cada uno para firmar el Acuerdo de la Concordia del año 1998. Supuestamente, este dinero lo transfirió el familiar de confianza de Ecclestone, Bambino, directamente a las cuentas bancarias de los jefes de equipo, y no a sus respectivos equipos de F1.
"Se les pagó para asegurar que sus equipos firmaban. ¿No es eso correcto?", preguntó el abogado de la empresa alemana Constantin Media, a Ecclestone durante la vista. "Sí", respondió el jefe ejecutivo. Este jueves también se supo que, aunque Ecclestone señala que solo pagó a Gribkowsky porque este amenazó con poner en sobre aviso a las autoridades de los impuestos del reino Unido, Gribkowsky de hecho se sintió físicamente amenazado por Ecclestone. El abogado de Constantin apuntó que Gribkowsky creía estar "bajo algún tipo de amenaza física" por parte de Ecclestone y que incluso habló con la policía de Múnich.
¿Coche ilegal de Ferrari?
Mientras, en otro caso que sacó a relucir el pasado de la F1, el exdirector del equipo Ferrari, Nigel Stepney, señaló esta semana que la escudería italiana hizo trampas a conciencia para ganar el primer Gran Premio de la temporada 2007. El inglés, que fue líder en el infame escándalo del 'spygate' de ese año, comentó a Racecar Engineering que el coche que llevó a la victoria a Kimi Räikkönen contaba con un fondo plano móvil ilegal. "Me gusta tratar de ganar de forma justa, pero cuando estuve allí, no estuve de acuerdo con algo que estaba pasando en Ferrari", reveló Stepney, que ahora lidera el equipo de coches deportivo JRM Racing.