
Sin embargo, eso ha cambiado radicalmente desde que asumió el reto de dirigir una película en la que sale a relucir lo mejor del espectáculo de la Fórmula 1: "En Silverstone he estado dos veces ya. También fui a Austin. Ahora disfruto de verdad (de la F1). Antes veía las carreras de otra manera. Veía la salida, me iba a comer algo, a la nevera, hablaba por teléfono, volvía a sentarme, luego regresaba para el final. Pero ahora, ¡oh, tío, no quiero ni ir al baño!".
Así, el director americano ha querido aclarar porque se ha decidido a rodar una película sobre la máxima categoría del automovilismo: "No es tanto por la Fórmula 1 en sí, sino por los personajes. (Hunt y Lauda) son dos tipos apasionantes, de una gran personalidad. ¡Y tan diferente uno del otro! Cada uno tiene una historia interesante y cuando las combinas, cuando muestras su rivalidad, ¡guau! Y también quería mostrar el peligro de la F-1, especialmente en los años setenta... Todo eso junto, esa combinación, hace la historia tan interesante. Los setenta fueron una época más arriesgada, de más libertad, y yo quería demostrarlo. Recuerdo cuando yo era actor en la serie Happy Days. La cultura de los setenta ha influido a la hora de contar esta historia, pero también James Hunt y Niki Lauda eran famosos por no engañar a nadie, por decir la verdad, realmente no les importaba lo que la gente pensara. Creo que hoy también hay historias notables, pilotos interesantes, con encanto, lo que sucede es que no tenemos perspectiva. Vemos las carreras, pero habría que contemplar sus trayectorias completas. Pero sí, seguro que dentro de veinte años me sorprendería una película sobre esos duelos, sobre pilotos como Alonso o Hamilton. Porque son gente interesante".
'Rush' utilizó monoplazas reales durante el rodaje de la película
Sin duda, Ron Howard ha tratado de trasladar al espectador el máximo realismo con esta película sobre la titanica lucha entre Hunt y Lauda por el título de la temporada 1976, utilizando incluso los monoplazas con los que se disputaron aquellas históricas carreras grabadas en la retinas de millones de aficionados y trasladando el equipo de rodaje a circuitos míticos como el de Nürburgring: "(Los coches de la película son reales) en el chasis y en el motor. Tuvimos el coche real de Hunt y el de Lauda. Los propietarios de esos históricos de F-1 nos permitieron utilizarlos. También teníamos el Lotus de Mario Andretti, dos Tyrrell de seis ruedas, de Depailler y Scheckter. En suma, siete u ocho monoplazas históricos. ¡Esos coches valen millones! A los propietarios les gustaba la historia que contábamos y nos permitieron utilizarlos. Eso sí, no permitían que otra gente los pilotara, ni siquiera a los especialistas. Yo pensaba, esta gente debe de ser tan rica, no creo que vayan a estar todo el día esperando a que hagamos una toma, seguro que reciben una llamada y se tienen que ir a una reunión... Pero sí, estuvieron, fueron increíblemente leales y pacientes".