En Barcelona, la situación ha sido diferente. El circuito de Montmeló no es para nada abrasivo, pero el cambio constante de temperaturas tampoco ha ayudado mucho a los equipos. El 'graining' (suceso que se da por culpa del cambio continuo de temperaturas, de frío a calor y viceversa) y el 'blistering' (pequeñas ampollas que aparecen en la superficie de los neumáticos) han estado presentes en la segunda semana de test. A raíz de esto, se creó un ambiente de incertidumbre sobre la durabilidad de las nuevas gomas durante el año.
Y es que el nivel de degradación que hubo esta semana fue altísimo. El compuesto blando fue competitivo durante una sola vuelta; el medio, durante dos vueltas; y el duro, durante tres. Por ello, los pilotos esperan que esa alta degradación se deba solamente a las condiciones vividas en Barcelona y no al nuevo diseño de las gomas, ya que de ser al contrario, las paradas que veremos en los Grandes Premios serán bastantes. En total, Pirelli llevó 383 juegos de neumáticos a Barcelona, de los cuales se empelaron 303. El compuesto que más veces se utilizó fue el medio.
Paul Hembery:
"Los equipos han experimentado mucha degradación en Barcelona, principalmente debido a las condiciones climatológicas. Las condiciones que hemos sufrido en Barcelona distan mucho de lo que podemos esperar el resto de la temporada, con un ambiente frío y temperaturas muy por debajo de las que se encuentran en carrera, incluso con algo de lluvia en la jornada de hoy. Esto ha hecho que los neumáticos hayan trabajado fuera de su rango óptimo, lo que ha provocado problemas, como el graining. Dichas condiciones han sido especialmente inadecuadas para el compuesto superblando, debido al diseño del circuito y a la dureza de la superficie, sumado a las bajas temperaturas. Si unimos todo ello al hecho de que los equipos aún se encuentran realizando grandes ajustes de set-up a sus nuevos coches y probando todos los neumáticos de la gama para optimizar el conjunto, todo ello ha hecho que viéramos unos niveles de degradación fuera de lo común. Cuando lleguemos a Melbourne, los neumáticos deberían trabajar en un rango óptimo de funcionamiento, eliminando esa degradación inusual que algunos equipos han sufrido".