"Estoy muy tranquilo y contento con el equipo," comenta Esteban en una entrevista concedida a 'Asociated Press'. "He tenido que adaptarme, pero tampoco es un cambio drástico. Es una motivación importante estar al nivel más alto, con los mejores ingenieros y tecnología. El equipo trabaja con gran profesionalidad y eso me otorga tranquilidad. Lo más importante es intentar disfrutar todo lo que se hace".
Estas primeras semanas, según revela el piloto mexicano, están centradas en adquirir la experiencia necesaria para hacer un buen papel en Australia y la primera fase del campeonato. "La práctica es la base de la experiencia y el equipo está adaptando el programa para ponerme al tanto lo más rápido posible en cuestión de 'pitstops', procedimientos en pista, cambios en el volante y similares. Todo lo que cambia de ser un piloto de GP2 a estar en la máxima competición para tener tranquilidad en los momentos adecuados," explica Gutiérrez, que reconoce que le hubiera gustado llegar al Gran Circo con un mejor historial en categorías inferiores.
"Las categorías inferiores son para formarse, pero en el nivel más alto ya se esperan resultados. Me hubiera gustado dominar la GP2, pero eso no te da necesariamente el mismo aprendizaje que la situación que me tocó vivir: estando al filo de la navaja y teniendo que buscar la manera de convencer a la gente que merecía un puesto. Me dio mucha seguridad," recuerda Esteban, que terminó en tercera posición del campeonato de 2012.
Como todos los pilotos, el hombre de Sauber sueña con lo más alto, pero de momento quiere tener los pies en el suelo y centrarse en un primer año que se presenta como un reto complicado al tener que familiarizarse con las peculiaridades de la categoría más compleja del mundo del motor. "Ahora quiero consolidarme, pero mi meta es ser campeón del mundo. Sería inútil decir que lo voy a conseguir en mi primer año. Es un proceso y voy hacer mi mejor esfuerzo para alcanzarlo en el futuro".
"Gracias a Checo pude estar en Sauber desde antes"
Preguntado por la clásica etiqueta de piloto de pago que se le ha impuesto, junto a varios compañeros de su generación, Esteban echa balones fuera. "No me molesta ni pienso en ello. Cada persona tiene sus propias ideas y es una característica difícil de diferenciar hoy en día, que los equipos necesitan dinero. Al final, el que está aquí, está aquí y es mi responsabilidad aprovechar esta oportunidad al máximo. Y otro punto: yo tengo relación con este equipo desde antes de que los patrocinadores mexicanos empezaran," asegura.
Sin duda, su llegada a la Fórmula 1 es otro paso en la implicación de México con el Gran Circo, un proceso que se está intensificando desde que Sergio Pérez llegó a la Fórmula 1, también de la mano de Sauber. "Me ha tocado vivir un proceso muy progresivo por el éxito de Checo en los últimos años y porque sólo somos dos mexicanos en la F1. Siempre hubo mucho interés y gracias a él pude estar con Sauber desde antes y con un plan de desarrollo, pero no deja que tengas que hacer tu trabajo. Tenemos muy buena relación y siempre nos apoyamos, como buenos mexicanos," concluye Esteban.
