Poco más de un mes después del incidente, Ferrari presentaba en el circuito de Corea su nuevo alerón, que ya empezaba a dar muestras de cierta flexibilidad y que muchos aseguraban que era muy similar al de Red Bull. A raíz de ello, el prestigioso medio Auto Motor und Sport se preguntaba si esos trozos desaparecidos podrían haber acabado en la fábrica de Ferrari en Maranello.
Caso cerrado
Ahora, el misterio ha quedado resuelto. El periódico Marca, en su edición digital, recoge las declaraciones de un aficionado español que tiene bajo su poder uno de los endplates del alerón de Webber, y que relata los sucesos de la siguiente forma:
"Yo había visto el accidente y cómo uno de los comisarios retiró la pieza casi del asfalto y la tiró contra la valla para que no molestara. Le tuve el ojo echado hasta que acabó la carrera y pude llegar a ella antes que nadie tras saltar desde la grada. No pensaba que estuviese haciendo nada malo, porque ya lo había visto otras veces en este circuito. [...] Nunca se me pasó por la cabeza entregársela a Ferrari. No pensaba que fuera tan importante", añadió para finalizar.