Uno de los principales factores que hacen posible que cada escudería pueda tener todo a punto para el Gran Premio es la logística. Éste, además, es uno de los mayores retos a los que cada equipo se ha de enfrentar antes de cada fin de semana de carreras. Tanto es así que la Fórmula 1 tiene su propia empresa logística oficial, y los equipos acumulan cerca de 160.000 kilómetros en viajes durante una temporada, entre sesiones de pruebas y carreras.
Cientos de cajas y contenedores donde se ha de depositar todo el equipamiento necesario para poner los monoplazas en pista. Decenas de toneladas que han de transportarse desde la fábrica al circuito, bien por tierra o bien por aire. La primera tarea importante es la de seleccionar dicho equipamiento, con la intención de mover la menor cantidad posible, pero tanta como sea necesaria. Para asegurarse de que nada se olvida, cada equipo hace un inventario, que puede llegar a ocupar más de ochenta páginas, con todo lo que se debe introducir en los contenedores. Cada una de esas cajas puede llevar hasta 10.000 piezas individuales.
Cuando la carrera se disputa en Europa los equipos realizan el transporte de material en camiones, pero cuando es necesario trasladarse a Asia o América el reto se hace aún más grande. La mayoría de los equipos utilizan aviones de carga fletados por la propia FOM, que parten de Londres y Munich hacia su destino. El problema se acrecenta todavía más en el caso de tener sucesivas carreras fuera del continente europeo, como la gira asiática que en este momento estamos presenciando durante esta temporada.Tras abandonar definitivamente Europa una vez disputado el Gran Premio de Italia, el trabajo se intensifica, sobre todo en el caso de los equipos que pelean por ambos campeonatos, debido a la lejanía de las fábricas. Del mismo modo que si este fin de semana un piloto se equivoca al trazar las famosas eses de Suzuka pagará las consecuencias unas curvas más tarde, cualquier equipo que no se adapte al trabajo lejos de casa sufrirá los efectos pertinentes en el resultado final.
Una vez finalice el Gran Premio de Japón los equipos han de enfrentarse a complicadas decisiones, dado que no se puede transportar nuevamente a la fábrica los monoplazas y el equipamiento necesarios para la disputa de la siguiente cita. Es necesario atenerse al programa predefinido mediante el cual se controlará el traslado de la mayor parte de los elementos. Sin embargo, hay determinadas piezas que necesitan ser enviadas a la fábrica para ser reparadas o actualizadas. Ante esta situación, se debe evaluar cuáles son los aspectos de los que se puede encargar el equipo desplazado a las carreras, el cual se llevará el trabajo al siguiente circuito.
"Es un procedimiento muy complicado, necesitas tener buenas habilidades de gestión y encabezar cada situación", comenta Diego Ioverno, jefe de operaciones en pista de la escudería Ferrari. "El trabajo principal, que tiene que llevarse a cabo el domingo por la noche después de cada carrera fuera de Europa, es el de destripar los monoplazas y echar un vistazo a todos sus componentes. De hecho también hacemos esto en Europa, pero es una labor más crítica en las carreras lejanas de casa. Es un proceso fundamental, porque es posible que algunos problemas del coche no hayan aparecido en la telemetría durante la propia carrera."
En esta inspección preliminar es cuando se toma la decisión acerca de qué piezas volverán a la fábrica. Todo lo que no regrese a casa para ser reparado o actualizado se empaquetará y se transportará por vía aérea al próximo circuito, donde se reanudará el trabajo, en ocasiones utilizando componentes enviados directamente de la fábrica, ya que se necesita continuar evolucionando el monoplaza en cada carrera, y más en una temporada como ésta en la que la igualdad está patente, como comentábamos al inicio.
Pero el trabajo no sólo se centra en el monoplaza, ya que no es lo único que hay que preparar cuando hablamos de carreras externas a Europa: "Estos eventos lejos de casa suponen una mayor dificultad en lo que a la preparación de los garajes se refiere", comenta Ioverno.
"No disponemos de transporte de automóviles y camiones, los cuales en una carrera europea actúan como taller y suministro de repuestos durante un fin de semana de carreras. Por tanto, tenemos que encontrar espacio en los garajes para crear una zona de taller, un almacén de repuestos, etcétera. También tienes que crear espacio para que los ingenieros y pilotos puedan mantener sus habituales reuniones informativas." En circuitos en los que ya se ha corrido con anterioridad, esta adaptación se realiza de una manera más sencilla, ya que el grupo logístico sabe lo que se espera encontrar y todos los circuitos proporcionan a los equipos un dibujo a escala del espacio que estará disponible para ellos, por lo que la planificación se puede realizar mucho antes de la carrera.
En un deporte como éste donde el más mínimo detalle puede inclinar la balanza a tu favor o en tu contra, todo el trabajo realizado cobra una importancia vital. El departamento logístico de cada escudería ha de realizar un esfuerzo extra en las carreras fuera de Europa, en aras de optimizar los recursos y facilitar al resto del equipo su labor en la lucha por el campeonato.